lunes, 14 de enero de 2019

CONSTRUCCIÓN DE PERSONAJES Y EPISODIOS OTRA TEMPORADA DE LA NOVELA PARACOLOMBIANA


Por: Ana Líos Morales 

Nos han hecho creer que la cotidianidad colombiana es una novela en la que el show no se detiene y uno tras otro nos van presentando personajes que en lo absoluto son improvisados. Nunca se arriesgarían a tanto quienes tienen las riendas de los caballos que halan la cosa política, aquellos que conscientes van escribiendo, con sangre por tinta, el guion del acontecer colombiano. Teniendo en cuenta que no dan puntada sin dedal, en esta temporada de la novela: ¿Cuál será la evolución del personaje que interpreta Iván Duque?

En temporadas anteriores vimos como Álvaro Uribe Vélez encarnó un personaje cuya construcción evolucionó en al menos tres etapas: “La humildad”, “La arrogancia” y “El mártir abnegado”.

En “la humildad” procuró la construcción de relación con el pueblo, el supuesto campesino verraco, de acento bien marcado, sombrero, poncho y hasta hablao medio enredao que enterneció las masas virulentas. En la etapa de “La arrogancia”, vivimos el posicionamiento de la relación con la mafia, el patrón, “le voy a dar en la cara marica”, el fino smoking, las gafitas oscuras, el ejército de escoltas, “siguiente pregunta, ¡sshhh!, siguiente pregunta”, “Café no estaban cogiendo” refiriéndose a los Falsos Positivos Y al final “El Mártir abnegado”, la cimentación de la relación con la base electoral - la clase media emergente, el emprendedor, el que trabajó, trabajó y trabajó para que sus hijos fueran alguien en la vida, el de la inocencia impoluta en sus carnitas y huesitos. Sin importar la canallada “se hizo dentro del marco de la ley”.

Ahora, en la actual temporada de esta novela, vemos aparecer en escena al “presidente” cortina en la etapa del bufón, del entretenimiento en grotesca y descarada forma. La tarea es generar uno y mil episodios que deban hacerse virales. Situaciones que se dan a la par de las actuaciones mediocres pero eficaces de los personajes secundarios, no por ello menos peligrosos, como Paloma Valencia y Maria Fernanda Cabal entre borrachos, chistoretes y otras carangas resucitadas que conforman el elenco. Y claro, al mejor estilo de Stan Lee, actúa de vez en cuando Álvaro Uribe, ya sea como director del circo o como corregidor. Habrá que ver quiénes son los guionistas.

¿Y cómo hacer viral cada episodio? Interesante cuando menos es observar el desarrollo de la táctica, en la cual los difusores ya no solo son los grandes medios si no también los mismos  detractores del nefasto show. De manera que quienes NO nos recogemos en el gobierno criminal, al tratar de visibilizar la estupidez del presidente cortina, cumplimos con la tarea táctica de AGIGANTAR LA DISTRACCIÓN con la cual se tapan los movimientos del gobierno criminal: el nombramiento de criminales y sujetos maleables en las principales carteras del Estado (Ministerios); en sus instituciones (Fiscalía, Contraloría, Procuraduría…); y en ese mismo camino, la reconfiguración criminal de la estructura de mandos de las fuerzas armadas: Ejercito, Policía… Entre otros “pupitrazos”.

En el ejercicio de viralizar al ridículo para ridiculizarlo se puede tanto deslegitimarlo como caer en la naturalización de las acciones, al punto de convertirlo en una suerte de sujeto ingenuo que, ¡pobrecito él!, nunca será responsable de nada. ¿Será que la intención de los guionistas es mostrar al presidente cortina como un tonto gracioso con el que cualquier cosa puede pasar? Y al final de la temporada, qué más vamos a hacer si es que es un tonto.

Entonces ¿Qué otros roles tendrá que interpretar Iván Duque -el cínico, el déspota? Mientras se intenta predecir cuál será la evolución del ridículo personaje en esta temporada de la novela paracolombiana, sin adentrarnos en las formas que adoptará la manifestación social, quizá sea necesario duplicar el trabajo y continuar haciendo virales los episodios del bufón con el anexo de permanentes denuncias de las acciones que tras bambalinas van ejecutando los secuaces del presidente cortina.