martes, 30 de septiembre de 2014

(Video) El profesor Milguel Angel Beltran y la persecución al pensamiento crítico en Colombia

Intervención del profesor Miguel Angel Beltran (en formato video) en las II JORNADAS DEL INSTITUTO DE ESTUDIOS DE AMERICA LATINA Y EL CARIBE (IEALC-UBA) de la Facultad de Ciencias Sociales, Universidad de Buenos Aires (UBA), septiembre 2014. 

Intervención en la mesa de presentación de libro SIMON BOLIVAR, UNA LECTURA LATINOAMERICANA de Néstor Kohan (editoriales La llamarada, Yulca, Amauta Insurgente) organizada por el Grupo de estudios sobre el Pensamiento Crítico del IEALC. 

El profesor Miguel Angel Beltran, académico de Colombia con varios libros publicados, dio clases en los posgrados de la UNAM (México). También estuvo en Argentina, donde presentó uno de sus libros sobre las cárceles colombianas en el INSTITUTO DE SOCIOLOGIA GINO GERMANI de la Universidad de Buenos Aires (UBA), acompañado en esa oportunidad por la directora del Instituto Carolina Mera y varixs profesorxs argentinos como Ines Izaguirre, Pablo Bonavena y otros más. 

Miguel Angel Beltran también es director honorario de la revista académica de sociología CUADERNOS DE MARTE. 

Por sus ideas y por sus libros Miguel Angel Beltran fue apresado en la UNAM (México) y encarcelado durante casi tres años en las prisiones colombianas. El proceso judicial dio como resultado… INOCENTE. Aun así, ahora lo destituyen de la Universidad por un plazo de… 13 años.
¿Su delito? ¿Su pecado? ¡Sus ideas! ¡Sus libros! ¡Sus clases!

Enviar solidaridad al correo de Miguel Angel Beltran:
Miguel Angel Inocente <miguelangelbeltran.inocente@gmail.com>
Grupo de investigación sobre el pensamiento critico del IEALC




Arde el Putumayo: Teteyé

El desarrollo no anda solo, tiene una larga cola de fuego. No entiendo por qué razón divina no hay petróleo debajo de la Plaza de Bolívar, ni en el Palacio de Nariño o debajo de barrios como Rosales en Bogotá, o El Poblado en Medellín, o en... Cali. Nada. Allá no hay ni oro, ni petróleo, ni carbón. Nada. Sería muy divertido ver salir al presidente en calzoncillos o a las señoras de los barrios residenciales a medio maquillarse y con un zapato sí y otro no, huyéndole al Escuadrón Antimotines y ver al intrépido general Palomino dando órdenes a sus hombres. ¿Por qué eso nunca pasa? Cada día son mayores mis dudas sobre la justicia divina 

El Putumayo es una de esas regiones que ni que fueran parte del Egipto de las siete plagas: primero pasó la devastadora horda de Hernán Pérez de Quesada matando indios, desbaratando comunidades. Después fueron los capuchinos catalanes, que en nombre de Dios y a rejo físico pusieron a su servicio a los naturales. Más tarde llegó la Casa Arana detrás del caucho de sus selvas. Esclavizaron a los indígenas y exterminaron comunidades enteras. El gobierno colombiano los uniformó para echarlos como carne de cañón contra el ejército peruano. Cuando salían de la guerra, llegaron los cazadores a matar tigres mariposos, perros de agua, cachirres, para exportar sus pieles. Las cosas se estaban calmando en el momento en que llegó la coca y detrás las mafias y detrás la guerra y más detrás la fumigación. Historia que continúa. Pese a que el Gobierno asegura que no está fumigando, las avionetas de los contratistas particulares de la Policía antinarcóticos lo siguen haciendo. La estrategia es para secar no sólo las matas de coca sino todos los cultivos, con el propósito evidente de sacar a los colonos de sus tierras y abrírselas a los ganaderos. Por eso muchos cultivadores están hoy trabajando en la costa pacífica, de donde los sacarán para abrirles esas tierras a los palmeros. Entre 1998 y 2006, el Putumayo fue territorio paramilitar: las masacres dejaron heridas que no cierran: El Tigre, Puerto Asís... Y así.

Desde los 60 llegó al Putumayo una nueva plaga: las empresas petroleras, con todos sus fierros. Fierros, fierros: desde tubos y taladro, hasta cañones y bombas. Y enemigos: Farc, Eln, Epl. También con fierros y fierros: tatucos, minas quiebrapatas, fusiles AK-47. El petróleo se ha convertido en una pesadilla sangrienta. Hoy hay comunidades de indígenas y de campesinos al borde de una explosión mayor. En los límites con Ecuador, en la cuenca de los ríos Cuembí y Teteyé, hay un cabildo nasa kiwna chab. La Autoridad Nacional de Licencias Ambientales (ANLA) dio permiso al Consorcio Colombia Energy para la explotación del crudo y hoy hay instalados 39 pozos y tres baterías cuyos efectos sobre acuíferos, destrucción de bosque, destrozo de humedales y exposición de las comunidades a la guerra han obligado a una protesta indígena que se generaliza a medida que el Gobierno se hace el desentendido. El desprecio de la gente es criminal. Las instituciones, tan pomposamente nombradas para otras cosas, se hacen las pendejas hasta que la gente salta y se toma una trocha e impide el paso de las tractomulas cargadas de crudo. Es la señal de la guerra. El Esmad entra a romper huesos, sacar ojos y descabezar dirigentes. La gente de Teteyé lleva 90 días de paro. La guerrilla, que no es legión de ángeles, ha hecho y deshecho con tractomulas y oleoductos: el petróleo crudo —nata espesa, negra y plástica— corre por caños y cañadas, inundando chucuas y contaminando acueductos. El olor de aceite quemado es insoportable, el agua potable se agota, la gente se enardece. Las petroleras dicen que no tienen condiciones objetivas de seguridad para resolver el problema, aunque sea su obligación. Pero patalean con cinismo y cálculo; alegan que es culpa de la guerrilla. Pero no pueden atrincherarse detrás de ese argumento para dejar a la gente expuesta al abandono y al desastre con pérfidas intenciones políticas que terminarán incendiando el Putumayo.



lunes, 29 de septiembre de 2014

LA TERCERA VÍA DE SANTOS Y LA PAZ

Análisis libertario acerca del programa de gobierno de Santos

JuanPa Santos (como conocieron los medios de comunicación al actual presidente después del juego publicitario de las elecciones pasadas) se ha reelegido para gobernar cuatro años más, contra los pronósticos de la primera vuelta donde el programa uribista reflejado por Zurriaga le llevaba una ventaja considerable. Pero ¿Qué hizo Santos para pasar de perder por un 4% a ganar con la mitad de los votantes para el segundo round? Quizás la respuesta la debemos hallar más a la izquierda, en la bandera que ha cargado por años diferentes sujetos sociales y que hoy se robo la derecha de manera descarada: la paz.

La oligarquía liberal y urbana colombiana se echó al bolsillo 4 años de presidencia gracias a personajes como Clara López, Gustavo Petro e incluso la Unión Patriótica, unos con asco, otros con calculadora en mano y los más descarados que apoyaron a la Unidad Nacional desde la primera vuelta. Lo que se vio como un voto táctico terminó por legitimar un programa que va más allá de la paz, a la cual Santos ve solo como un paso en medio de la continuación de un sistema político y económico hecho para explotar a las desposeídas. Debemos partir de un principio mismo que reconoce el Estado: La paz es un negocio al que se le va a sacar muchos dividendos, bien lo dice el Departamento Nacional de Planeación cuando se “estima una base de 4,8% para el Producto Interno Bruto (PIB) del año en el que se concrete el acuerdo [de paz]. A partir de allí, el crecimiento sería lento durante los primeros dos años, entre 4,81% y 4,85%, y luego repuntaría en el séptimo año, para estabilizarse en 5,65% en el último periodo”[1]. No debemos vincular la paz santista con las necesidades del pueblo colombiano, es más, debemos hablar siempre de la perspectiva de los diálogos para el gobierno como un juego del mercado donde se apuesta a la estabilidad de la inversión en el largo plazo. No es gratuito que el mismo presidente tituló a su proyecto “Tercera vía y paz” para no desvincular ambos términos pues uno es posible solo con el otro dentro de la cabeza del presidente.

Es en este momento donde la derecha y el progresismo de la centro-izquierda colombiana han hallado en la tercera vía una nueva estrategia de control y explotación que se basa en la famosa frase “Tanto mercado como sea posible, tanto Estado como sea necesario”. Es importante analizar esta nueva vía en una serie de elementos que consideramos importantes tener claros para desenvolvernos en este nuevo escenario.

De antecedentes históricos y “posconflictos”
Y como el final de la historia esta en la puja entre el capitalismo y el comunismo, se ha de hallar un nuevo camino… Aunque no nos importa profundizar demasiado es importante remitirnos a varios antecedentes que ya vislumbran para donde quiere ir Santos. Es de anotar que el mayor uso del termino viene al terminarse la segunda guerra mundial, y que para no irnos demasiado lejos, se vislumbra en el caso del Peronismo en Argentina; posterior a una época de revueltas obreras y golpes de Estado militares, el caudillo de la “justicia social” encontró en la disyuntiva entre el norteamericanismo y socialismo una salida que se recogía en ambos caminos pero sin casarse con ninguno: mantener una política social fuerte en el Estado y por otro lado, apostarle a la entrada en el mercado mundial.


“LA ’PACIFICACIÓN’ EN COLOMBIA NO SE DETIENE NI PARA TOMAR ALIENTO”

Hernando Calvo Ospina es autor de una docena de libros, entre los que se encuentra “Colombia, laboratorio de embrujos. Democracia y terrorismo de Estado”, que es la historia del sistema represivo en ese país. Aquí nos cuenta algunas etapas de la “tradición” violenta de un Estado que mantiene la imagen de democrático.

Annalisa Melandri. En América latina en los años ‘70 y ‘80 la mayoría de los países agonizaban bajo dictaduras militares sangrientas como fue el caso de Chile, Argentina y Uruguay entre otros. En Colombia, a excepción del general Rojas Pinilla, que gobernó entre junio de 1953 y mayo de 1957, y fue menos represivo que la mayoría de gobiernos elegidos, nunca han habido golpes de Estado ni juntas militares propiamente dichas. ¿Por qué?

Hernando Calvo Ospina. Al revisar la historia, nos damos cuenta que en Colombia nunca ha existido una verdadera democracia, y que casi todos los gobiernos se han caracterizado por graves violaciones a los derechos humanos.

Para no ir muy lejos miremos el de Turbay Ayala (1978-1982). Este tuvo particularidades fundamentales dentro del marco represivo. A un mes de posesionado promulgó el Estatuto de Seguridad Nacional, que fue lo más cercano al modelo impuesto por las dictaduras del Cono Sur, estableciendo los mecanismos para sustentar la terrible ola represiva que llegó. Las Fuerzas Militares y de policía fueron investidas de facultades extraordinarias, incluidas las judiciales. Se criminalizó toda práctica de oposición política y a todo tipo de protesta social, asociando todo con la subversión. Las Fuerzas Armadas tomaron el poder en Colombia, en un proceso que venía caminando desde los años sesenta, y sin dañar la imagen “democrática” al tener a un civil al frente del gobierno.

Turbay terminó de hacer lo que su antecesor, Alfonso López Michelsen, empezó: militarizar las ciudades con el pretexto de acabar con las “redes de apoyo” de la guerrilla rural. Según Amnistía Internacional, 60 mil personas pasaron por las cárceles, casi todas bien torturadas. La inmensa mayoría sin ninguna relación con las guerrillas, las cuales no llegaban a tener ni mil combatientes en conjunto. (1)

Otra particularidad de este gobierno, es que por primera vez Colombia fue puesta bajo el juicio de organizaciones internacionales de derechos humanos, como la ONU. Lo que se volvió una costumbre hasta el día de hoy. A nivel interno también se le llamó la atención porque fueron reprimidos algunos “muchachos” de la burguesía intelectual. Esto ya era demasiado.

sábado, 27 de septiembre de 2014

Declaración de la Internacional de Federaciones Anarquistas contra el militarismo: La guerra es la salud del Estado

En el mundo de hoy, los Estados necesitan la guerrapara establecer la dominación sobre otras partes del planeta, para unir a su población contra un enemigo exterior, para impulsar sus propias industrias armamentísticas, que constituyen una parte creciente de sus economías. Cada vez más, grandes empresas e instituciones financieras como el FMI y el Banco Mundial, en conjunción con países como los Estados Unidos, Francia, China, Rusia y otros, imponen su dominio económico por medio de la fuerza militar.

Además, el desarrollo de la industria nuclearconduce a una sociedad nuclear de control y centralización, y a una amenaza para la vida humanay el medio ambiente. La nueva tecnología (drones, etc.) se usa para matar cada vez más gente, y para incrementar la vigilancia del Estado, incluyendo el control de las fronteras de la Fortaleza Europa contra los inmigrantes de África.

La búsqueda de minerales por parte de esas industrias saca a la luz las luchas de los diferentes bloques de poder para establecer el control sobre importantes yacimientos de uranio, petróleo u otros minerales. La guerra está íntimamente ligada a la destrucción del medio ambiente, como la deforestación de la selva durante la Guerra de Vietnam o los enormes daños ambientales durante el bombardeo de las refinerías durante la Guerra del Golfo.

La guerra implica el desplazamiento de poblaciones enteras, la emigración forzosa y el establecimiento de grandes campos de refugiados. Desencadena hambrunas con ataques a las cosechas. Las violaciones en masa son utilizadas como arma de terror y como síntoma de la virilidad distorsionada generada por el militarismo.

Así como las amenazas fabricadas del tipo de la del fundamentalismo islámico y, de nuevo, la del Oso Ruso o la de la agresión imperialista occidental, también se emplea cada vez más la amenaza de desorden interno, a menudo provocada por el propio Estado, para crear un enemigo interior –el enemigo dentro- ya sean bandas juveniles o grupos políticos. El aumento de la militarización de la sociedad está por tanto justificado, con una presencia cada vez mayor de tropas en las calles y aeropuertos militares, y el incremento de las fuerzas policiales militarizadas.

Los bloques de poder en competencia –Estados Unidos, Rusia, China, la Unión Europea, etc.- buscan sus propias esferas de influencia a nivel global, lo que lleva a una  tensión cada vez mayor, como podemos ver en la situación de Ucrania.

Nos oponemos a la tendencia a la militarización de la sociedad y a la guerra. Las disputas sobre fronteras se han empleado como medio por los bloques de poder y los Estados para alimentar conflictos. La respuesta no está en la solución del micronacionalismo (Escocia, Cataluña, etc.) con el desarrollo de nuevos Estadospequeñitos con sus propias fuerzas armadas sino en una libre federación de los pueblos, la destrucción de las industrias de guerra, la disolución de los ejércitos y la desaparición de las fronteras, y la eliminación del capitalismo. A un nivel más práctico, nos oponemos a su tendencia a la guerra y la militarización de la sociedad con campañas contra el reclutamiento militar, el apoyo a los desertores y a los que se oponen a la guerra, a la desobediencia civil y a los paros y huelgas contra el tráfico de armas y de ejércitos.

No a las fronteras
No a las guerras
Sí a compartir todos los recursos de todo el planeta
¡Guerra a la guerra!

jueves, 25 de septiembre de 2014

CARTA PÚBLICA AL RECTOR IGNACIO MANTILLA

“La autonomía de la Universidad es,
Esencialmente, la libertad de enseñar,
Investigar y difundir la Cultura. Estas funciones
Deben respetarse. Los Problemas académicos,
Administrativos y políticos internos deben ser
Resueltos exclusivamente por los Universitarios
En ningún caso es admisible la intervención
de agentes exteriores,
y por Otra parte el cabal ejercicio de la autonomía
requiere el respeto a los recintos universitarios.
La educación requiere de la libertad.
La libertad requiere de la Educación”
Javier Barros Sierra
Rector de la UNAM (1968)

En 1936, siendo rector de la Universidad de Salamanca Miguel de Unamuno –pensador poco proclive a la causa republicana y cuyas ideas despertaban la admiración de los jóvenes de la falange española- en un solemne acto celebrado en el paraninfo de esta universidad y, ante las provocaciones del general Millán, que acompañado de sus numerosos seguidores coreaba la consigna “Abajo la Inteligencia” “Viva la Muerte”, el filósofo vasco –en un gesto de indignación- le replicó: “Este es el templo de la inteligencia y yo soy su sumo sacerdote, estáis profanando su sagrado recinto. Vencereis porque tenéis sobrada fuerza bruta, pero no convenceréis”.

Fue inevitable pensar en estas palabras, cuando el pasado 12 de septiembre, llegó a mi correo institucional la resolución que me destituye del cargo como profesor asociado del Departamento de Sociología de la Universidad Nacional de Colombia. El oficio que me fue comunicado por la Secretaría General y que viene acompañado de su firma, señala de manera lacónica que: “En cumplimiento de lo ordenado por la Procuraduría General de la Nación, se hace necesario hacer efectiva la sanción impuesta al profesor Miguel Ángel Beltrán Villegas (subrayado mío)”. Por la forma en que está redactado el documento infiero que como rector de la Universidad Nacional, asumió Usted que era su deber ceñirse a los marcos normativos que le imponía la ley, en este caso, limitarse a ejecutar las actuaciones del señor Procurador General de la Nación.

Sin duda, profesor Mantilla, su argumento me deja vencido pero no me convence porque –como diría nuevamente Unamuno- “Para convencer hay que persuadir y para persuadir necesitaréis algo que os falta: razón y derecho en la lucha”.
Y es que en el campo del debate intelectual los temas en conflicto no pueden despacharse con un simple “no me dejaron otra alternativa” pues es precisamente en la controversia de ideas donde radica el sentido mismo del quehacer académico e intelectual. Los designios divinos no se cuestionan; sin emabargo, el verdadero intelectual –diría Said- es ante todo un ser secular y su eticidad no puede sustraerse de “este nuestro mundo secular: ¿dónde tiene lugar? ¿al servicio de qué intereses está? ¿cómo concuerda con una ética coherente y universalista? ¿cómo distingue entre poder y justicia? ¿qué revela de las propias opciones y prioridades?”.



lunes, 22 de septiembre de 2014

¡Ojo! ¡En peligro la autonomía Universitaria!

Muchas, conocemos concretamente el caso del profe Miguel Ángel Beltrán, unas no mucho, pero lo que en verdad pasa, sucede y acontece, es un grave delito contra la libertad de cátedra, pensamiento y expresión. Cosa que no es solamente para ‘las mamertas’, ni para mirarlo de reojo, es algo que nos involucra automáticamente, pues, es esta nuestra Universidad, espacio que debemos defender  (diciéndolo en términos para la lucha y la construcción de unidad) y llenar de apropiación. O ¿Es que acaso venimos a la Universidad Nacional para obtener luego de unos 5 o 6 años un cartón, haciéndonos las que no vemos ni escuchamos? o, ¿Venimos a formarnos como  personas de pensamiento crítico y al servicio de los intereses de la comunidad dentro y fuera del alma mater?  Eso queda, como forma de auto reflexión. Ahora bien, algo concretamente por la que escribimos, es el preocupante caso que vive Miguel Ángel, profesor del departamento de Sociología, -pues nos negamos a aceptar la destitución que acató el viernes pasado el cobarde Sr. Mantilla o, mejor conocido como Cara de Papa, perro fiel obediente del neoliberalismo y oligarquía colombiana. Hace menos de dos meses el Inquisidor Alejandro Ordoñez –Procurador General-, dio la orden de destituirlo e inhabilitarlo por 13 años de cualquier cargo público por supuestas manifestaciones de simpatía con organizaciones de izquierda. Esta decisión es un acto que atenta y hiere la academia, a profesoras, trabajadoras y estudiantes en las posturas críticas que como parte de la sociedad debemos tener y a la diferencia de pensamiento sobre las problemáticas que en ella se generan.

Nosotras, como anarquistas, defendemos y apoyamos la autonomía en la academia, libertad de pensar críticamente, libertad de investigación, libertad de crear nuevos espacios de debate y reflexión insistiendo nuevamente en que se desarrollen en miras de una construcción hacia los intereses comunes de carácter social. Por eso, es preocupante la gran coyuntura que en este momento puntual nos convoca.

Es hora de que la Nacho, “se ponga las pilas”, para la lucha que debemos dar, no solo con esto, sino debemos estar dispuestas a crear coyunturas y superarlas. Compañeras, llevemos la palabra, la noticia, la voz, o como Uds digan, del problemón que hay en la Universidad con el tema de la autonomía, porque así como le pasó al profe Miguel, también nos puede pasar a nosotras.

Se hace un llamado a la comunidad universitaria (Profesoras, trabajadoras, estudiantes) al constante debate, movilización y protesta en defensa de la Universidad Pública (en todas sus luchas que acontecen y por las que se vienen).

Reflexión acerca de la partida de Sergio Urrego


Relatar lo sucedido con Sergio, joven estudiante de bachillerato, que en sus 16 años supo lo que muchas hemos vivido en las aulas –léase Jaulas- que conforman el sistema educativo colombiano: Represión, autoritarismo, persecución, frustración, discriminación y adoctrinamiento.

Sentimientos que se naturalizan al entrar en contacto con una masa inerte de “formadores de pensamiento”: Profesores y directivas de colegios que se crean pensando en estructuras dogmáticas y retrogradas, que enfatizan en la inserción de las personas en un sistema despreciable, más cercano a la tragicomedia que al orden y respeto de valores que dicen promulgar.

Este escrito más que un homenaje a Sergio es una muestra de solidaridad con todos aquellos Sergios a lo largo del sistema educativo colombiano, que sufren en el día a día la estigmatización y la represión por parte de autoridades incompetentes y disfuncionales, que recuerdan más a personajes de ficción o de esas estupidez comedias gringas, que a personas de carne y hueso que han vivido un proceso de formación en pedagogías y que seguramente alguna vez soñaron con un mundo distinto del que están creando.

Lamentablemente tiene que haber muertos para que se pongan en palestra pública, y con esto me refiero a los grandes medios de comunicación y el papel de la educación en una sociedad, de cómo la educación actual deforma mentes y conduce a un status quo de miseria y frustración a las jóvenes que piensan distinto, y no solo por tener una preferencia sexual diferente, sino porque su misma forma de pensar y ver el mundo es diferente, no conocimos a Sergio, pero a lo largo de nuestra experiencia hemos conocido a personas igual que él, personas que se rebelan ante la autoridad, esta vez en forma de sociedad Patriarcal y Machista, pero que también y en consecuencia se rebelan contra un sistema educativo autoritario, que con sus manuales de convivencia, que no son concertados de forma colectiva sino totalmente impuestos, condena una muestra de amor, o en el peor de los casos de pasión o gusto de dos jóvenes que exploran como todas exploramos en esas épocas nuestra sexualidad, porque creemos o vamos entendiendo en el camino como esta sociedad impone, sin consultarnos el gusto que tengamos por una persona, cosa o actividad.



domingo, 21 de septiembre de 2014

Denuncia pública del resguardo indígena nasa en el Putumayo, Colombia

Este video es una denuncia pública hecha bajo la cobertura especial en el contexto de los 71 días de paro que vive el Departamento del Putumayo en la zona media y baja.

En voz de los testimonios que a continuación se muestra, su rostro es cubierto por las judicializaciones que reciben por parte el estado colombiano. Su delito, estar en contra de la fumigación de glifosfato por aspersión aérea y la imposición de una licencia ambiental 0551 para perforar más de cien pozos nuevos de petróleo en la selva; pero sobre todo se dice que son terroristas por defender como sea su derecho a la vida y por la defensa de su territorio contra empresas como el consorcio Colombia Energy. 



Muere campesino tras acción de la Policía del ESMAD en Putumayo

El campesino había sido trasladado a la clínica Cotocollao del vecino país luego que fuera alcanzado por uno de los artefactos explosivos usados por el ESMAD para dispersar a los manifestantes que completan más de dos meses de protestas frente a las instalaciones de la empresa Vetra 

En la clínica Cotocollao de Quito (Ecuador) murió hoy el campesino Arnoldo Muñoz, quien resultara herido el pasado 15 de septiembre en las protestas que adelantan los campesinos del corredor fronterizo Puerto Vega-Teteyé en el departamento del Putumayo.
El campesino había sido trasladado a la clínica Cotocollao del vecino país luego que fuera alcanzado por uno de los artefactos explosivos usados por el Esmad para dispersar a los manifestantes que completan más de dos meses de protestas frente a las instalaciones de la empresa Vetra, operadora del consorcio Colombia Energy.
“El Esmad utiliza bombas aturdidoras armadas por ellos mismos con grapas, puntillas, tachuelas y vidrio picado que al explotar hace mucho daño a lo que se encuentre a su alrededor” denuncio Yule Anzueta, integrante de la mesa regional de organizaciones sociales del Putumayo.
“Los campesinos heridos prefieren trasladarse al hermano país del Ecuador por temor a retaliaciones”, dice Anzueta.
La situación en el corredor Puerto Vega-Teteyé es grave. Más de 400 campesinos exigen soluciones efectivas a la crisis social y ambiental producida por la ampliación de la licencia ambiental que le permite al consorcio Colombia Energy incrementar sus operaciones en más de 12 mil hectáreas en el corredor Puerto Vega-Teteyé (zona rural de Puerto Asís) desplazando alrededor de 27 comunidades.
En lo corrido de la protesta ya han sido varias las acciones del Esmad contra los campesinos, quienes denuncian un abuso de fuerza por parte de este escuadrón que actúa acompañado de agentes de civil. A la víctima mortal se suman cerca de 50 heridos en lo corrido de las protestas.



domingo, 7 de septiembre de 2014

La solidaridad

La solidaridad es una hermosa palabra. Así como los capitalistas tienen como fundamento moral la competencia y la supervivencia del más fuerte, las personas que desean una sociedad diferente por lo general encuentran su fundamento moral en la solidaridad. “La solidaridad es la ternura de los pueblos”, decía Che Guevara. El anarquista ruso Kropotkin convirtió a la solidaridad en objeto de sus investigaciones científicas, cuyos resultados publicó posteriormente en “El Apoyo Mutuo, un Factor en la Evolución”. Sin embargo, años participando en la solidaridad con las luchas del pueblo colombiano me han dado más de alguna decepción y me han hecho reflexionar un poco sobre el significado de esta palabra que parece que muchos interpretamos de manera tan diferente. 

Hablamos todos mucho de solidaridad, pero la practicamos poco. Aún en las organizaciones solidarias se reproducen los mismos vicios que criticamos a los demás. No nos gustan los señalamientos cuando nos los hacen a nosotros, pero somos muy rápidos para señalar a los demás. Cada combo que viene de gira por Europa, se dedica a alabar y exaltar el trabajo propio, y a menospreciar y subestimar a los demás. No hay más presos que sus presos; no hay más perseguidos que sus perseguidos; los únicos muertos de los que vale la pena hablar, son de los de su combo. Y quien se atreva a mencionar otros presos es cuestionado, porque hay solamente uno o dos de los que vale la pena hablar. Hay presos de primera categoría y de segunda. A los sindicalistas los matan por sindicalistas, a los negros por negros, a los indios por indios, a los periodistas por periodistas, a los dirigentes por dirigir, a los reclamantes de tierra por reclamar, y cada cual se siente un poco más especial que el resto. A las bases sociales, a los pobres, a los increíblemente pobres, a los sin tierra, a los sin casa, a los bazuqueros, a los vagabundos, a las travestis, a las putas les pueden meter plomo sin que nadie diga mucho. La solidaridad también tiene sus jerarquías.

Se habla mucho de unidad, palabra íntimamente asociada a la solidaridad, pero tampoco se practica más que para sacar declaraciones. Cada combo jala, al final de cuentas, para su lado y todos afilan sus puñales en contra del resto. Bien sabemos que los puñalazos del supuesto amigo duelen más que los que da el enemigo declarado. Acá un combo cultiva la amistad con una ONG europea o gringa, y allá otro combo cultiva la amistad con otra. Al final todo se reduce a la cochina plata. A los contactos, a los viajes por Berlín, Londres o Washington, a las foticos con “gente importante”. Les encanta eso. Parece que critican tanto la exclusión porque se mueren por tener un huequito en el edificio del poder.

El problema, en realidad, es ese: el poder. No quien lo ejerce, sino cómo se ejerce. Cuando veo a algunos dirigentes sociales colombianos de gira por Europa comportarse como unos pequeños oligarcas autoritarios, insolentes, excluyentes, dogmáticos, egocéntricos, pienso qué pasaría si controlaran el poder del Estado, porque una modesta cuota de poder en las modestas redes de cooperación hace que se les vayan los humos a la cabeza. No caminan: levitan. De tanto reunirse por aquí y por allá con burócratas y politiqueros se les van pegando las mañas; dicen que todo, menos la belleza, es contagioso. La izquierda puede tener rostros jóvenes, pero todavía tiene corazón viejo, saturado de vicios de esa vieja politiquería tradicional.

Al que le quepa el sombrero, pues que se lo ponga. La solidaridad, esa hermosa palabra es también un negocio. El capitalismo todo lo convierte en mercancía. Hay una solidaridad institucionalizada, de los de arriba, de la alta política, una solidaridad excluyente y elitista. Pero hay otra solidaridad, que a veces la llaman la solidaridad de pueblo a pueblo. Es la solidaridad entre los que ganamos el sueldo mínimo, entre los que sabemos lo que estar jodidos, entre comunidades o sindicatos de base que de un país a otro quieren luchar juntos, entre los que no tenemos acceso fácil a las oficinas de los poderosos y a los que se nos niega el derecho a la palabra. Se nos critica por no ser suficientemente profesionales, por ser radicales, por no entender los ritmos y las formas de la política. No podemos viajar a Washington porque no tenemos plata y, como somos ciudadanos de tercera categoría, ni siquiera nos dan la pinche visa. Y ni falta que nos hace. No nos quedamos en hoteles cinco estrellas ni comemos en restoranes para estirados, donde cada plato vale lo que gana un obrero colombiano en tres meses. Comemos y dormimos con nuestros compañeros y sus 50.000 hijos, en el mismo cuarto, y preferimos ese cuarto a cualquier palacio porque nosotros sí sabemos lo que es tener compañeros. Preferimos seguir compartiendo goteras, sueños, ansiedades, alegrías, penas, con los que seguirán pasando frío y hambre en el post-conflicto. A ellos nos debemos y a ellos pertenecemos: junto a ellos seguiremos caminando y de su lado no nos mueve nadie. Esa es la única manera en que la palabra solidaridad no me suena vacía…

José Antonio Gutiérrez D.



VÍDEO: Que no vivamos como esclavos.

Una película de Yannis Youlountas Agosto 2013 / Duración: 89 minutos Emanando de las catacumbas griegas de Europa, un murmullo a través del continente devastado, “Que no vivamos como esclavos” (pronunciado “Na min zisoume san douli” en griego). En las paredes de la ciudad y las rocas de campañas, en las carteleras vacías o devastadas, en periódicos alternativos y radios rebeldes, en casass okupas y centros auto-organizados que se multiplican … este es el lema que la resistencia griega difunde, día tras día, y nos invita a su lado con las melodías de esta película. Un gran soplo de aire fresco, emoción y utopías en marcha vino del mar Egeo.