¿POR QUÉ ESCRIBIR CUENTOS CORTOS
CONTRA LA PROPIEDAD?
Desde nuestra perspectiva existen dos formas en que la propiedad privada
se convierte en una forma de dominación y explotación que nos impide tener
vidas dignas, libres, solidarias, antiautoritarias y autónomas. Una es la
institución “legal” de la propiedad privada como fundamento de la sociedad
capitalista. La otra es el consumismo y la mercantilización de la vida.
I.
La propiedad es un robo
La sociedad capitalista se estructura en torno a que unos pocos son
propietarios del mundo y unos muchos somos desposeídos del mismo. La propiedad privada es el fundamento de las
sociedades liberales, sobre el que se estructura su sistema de derechos y
deberes y el reconocimiento de la ciudadanía. La apropiación privada de ríos,
montañas, tierras, fabricas, en fin los medios de producción de la vida, que se
fundamentan en la herencia, en la ocupación o en el trabajo es un proceso
histórico que genera la desigualdad social y la dominación de unos pocos
propietarios sobre una multitud de colectivos, grupos, pueblos o personas desposeídas
por la sed de lucro y acumulación de
poder de estos. De ahí, que la propiedad privada de los productos que de manera
colectiva generamos a partir del trabajo y nuestra relación con la naturaleza
es un robo que fundamenta las sociedades contemporáneas.
La apropiación del usufructo de este “robo-propiedad” es lo que nos
mantiene subyugados al capital. La propiedad del estado y de los capitalistas de
nuestros territorios de vida es una violencia estructural sobre la cual se
fundamenta el despojo contemporáneo. Esta “ficción” moral de la propiedad
privada (léase arreglo tramposo) se mantiene a partir de la violencia simbólica
y material que intenta impedirnos que recuperemos lo que es necesario para la
alegre rebeldía en que debemos producir nuestras realidades cotidianas.
II.
El consumismo y la mercantilización de la vida
Las conversaciones cotidianas en la sociedad actual se refieren
generalmente al deseo de poseer o adquirir alguna mercancía en el mercado,
principalmente la que mejor marketing y mayor repetición en los medios masivos
de comunicación pueda incentivar en las personas dicho deseo de posesión.
Todos los días hay un mensaje claro: compra, paga, vende, adquiere,
posee, presta, fía, cuenta; la cultura del consumo es explicita con su mensaje:
aprópiate, entre mayor cantidad de bienes poseas mayor es la comodidad, el
bienestar y la felicidad. ¿Ya viste el nuevo I-Phone?, ¿Cómo sería tener esa
moto BMW?, ¿Ya cómprate los nuevos Adidas?, ¿Me encanta esa fragancia de Calvin
Klein?, ¿Ya viste ese edificio, tiene piscina y jacuzzi? son expresiones y
anhelos que se intercambian en la mayoría de los diálogos cuando conversamos
con nuestros cercanos.
Restringidos o sometidos a deudas, los trabajadores que venden su
trabajo en el mercado laboral, los que no poseen medios de producción ni
Capital acumulado para invertir, anhelan fervientemente acumular dichos bienes.
Es ese deseo y esa restricción lo que alimenta el engranaje, es decir, si trabajo
más duro puedo ir aumentando mi nivel de ingresos y como el empleo es limitado,
debo de asegurarme de no salir del mercado laboral ¡Debo competir y desear
estar siempre trabajando para poder comprar lo que necesito!
Ahora bien, cabe preguntarse si dichos anhelos convertidos en necesidades
provienen de una elaboración concienzuda de aquellos objetos necesarios para un
buen vivir o si por el contrario las necesidades al igual que las mercancías
también se producen en el mercado. Nuestro tedio por la sociedad actual se hace
razonable y se nota a simple vista, pero la seducción y sensación que deja el
consumo de la mercancía desbalancea y pone en segundo plano el deseo de cambiar
radicalmente la sociedad: nos conformamos con dicha situación. Pero ¿qué tendrá que ver todo esto con una
convocatoria para escribir cuentos?
III.
Cuentos Cortos Contra la Propiedad
Cuentos cortos será una colección de varias temáticas que
apuntan a la creatividad literaria rebelde, donde comunidades, organizaciones
sociales, niños, jóvenes, adultos y ancianos, puedan deleitarse con la ironía,
el drama, la tragedia, la burla o el reconocimiento de la cruda realidad, donde
no hay héroes en la forma clásica de entender el concepto, ni princesas
machistas que esperan siempre que el hombre las salve de sus desgracias y
miserias, donde el sueño no es ser rey o reina o el rico del pueblo, donde las
moralejas no incentivan a la pasividad sino a la lucha, y los dragones y los
lobos como animales no serán las víctimas del hombre cuando este les da
cualidades peyorativas exteriorizando comportamientos que a pocos seres vivos
se les ha encontrado como a él mismo: la codicia y el egoísmo.
Digámoslo claro, nuestros cuentos no son para que los niños crean que
este mundo es maravilloso, no son para respetar símbolos patrios, ni enseñar la
honradez frente al principal atraco en frente de nuestras narices: la propiedad
privada. Al igual que en la anterior ocasión, nuestro primer intento al cual
llamamos Cuentos Cortos Contra la
Autoridad, deseamos estimular en esta nueva convocatoria Cuentos Cortos Contra la Propiedad, esa
literatura sencilla pero punzante, de escritos que cuestionen a través de
historias reales o imaginadas, ese mundo al cual detestamos y que se escapa a
veces la radical crítica, que carece de literatura que invite a la rebeldía
contra la cosificación de todo lo existente en términos mercantiles y de apropiación
privada.
En este orden de ideas ¿podrá la realidad ser la inspiradora de cuentos
que bosquejen las siluetas que encarnan el verdadero rostro de la propiedad
privada y el Capital? Cuentos cortos
contra la propiedad nace de allí, de la necesidad y la urgencia de
representar literariamente esas historias que se escapan a toda teoría e
interpretación académica de ese mundo que a diario padecemos y que asumimos
como normal.
Esperamos que a las personas participantes de la anterior convocatoria, que
de alguna u otra manera se introdujeron en los cuentos cortos contra la autoridad ya sea leyéndolos o
circulándolos, haya estimulado esa especie creatividad
aterrizada que tanto caracteriza al pensamiento antiautoritario, es decir,
la crítica radical de las relaciones y formas sociales opresivas y la práctica
cotidiana como manera de comenzar a desdibujar los trazos que componen la
sociedad de hoy.
La realidad es un cuento a medias, tiene inicio y nudo, ahora bien,
¿quién hará la tarea de escribir el desenlace?
Salud y anarquía.
Envía tus cuentos al correo: cuentoscortos@riseup.net
Se debe tener en cuenta la
siguiente información:
1.
Los
cuentos no pueden sobrepasar más de 3 páginas tamaño carta, en fuente Arial No.
11, espaciado sencillo y márgenes sup/inf 2,5cm e izq/der 3cm, en archivo Word.
2.
No se
respetan derechos de autor. El contenido y la publicación que agrupe los
cuentos seleccionados son de libre difusión.
3.
Además del
escrito, se debe llenar la siguiente ficha:
Título del cuento:
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Autor (Nombre o pseudónimo):
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Lugar donde se escribe el cuento:
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Correo electrónico de autor:
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4. Cuentos Costos Contra la
Propiedad es una convocatoria autogestionada, sin pretensiones de ser un
betseller o de generar millonarios ingresos, así que el dinero recogido de las
ventas de libros será a un precio asequible a toda persona, estará destinado al
sostenimiento de la Casa Anarquista El Hormiguero y a los procesos que allí se
materializan.
5. A los autores de los cuentos seleccionados se les compartirá una
cantidad determinada de ejemplares en la versión impresa de la compilación de
cuentos, se les respetará la autoría aunque no será una publicación bajo las
lógicas mercantiles de “derechos de autor”.
6. Cualquier inquietud o medio de comunicación respecto a la
convocatoria se hará por correo electrónico.