Los desalojos en el barrio Nuevo Jerusalén comenzaron sin garantías para las
175 familias que serán desalojadas, el Estado encarnado en las alcaldías
municipales de Bello y Medellín no tiene una propuesta clara para reubicar a
estas familias, solo han brindado un arriendo temporal de “3 meses con
posibilidad de prórroga”, una solución en el aire para las familias que desde
hace más de 10 años están construyendo su hogar, su casa, gentes que fueron
desplazadas y que tampoco tuvieron apoyo o garantías a su llegada a la ciudad.
Hoy estos hogares construidos con esfuerzo están siendo convertidos en
escombros.
El pasado jueves 12 de enero a las 5:00 a.m. llegó el escuadrón móvil
antidisturbios -ESMAD- con su arsenal de violencia a cumplir con la orden de
desalojo, el escuadrón policial comenzó su arremetida sin aún presentarse la
luz del día. Con tristeza, rabia y desazón, algunos habitantes respondieron con
piedras para defenderse ante las agresiones del escuadrón de la muerte, otros
habitantes del barrio se dispusieron a resguardar a niños y ancianos que
estaban siendo intoxicados con los gases lacrimógenos. El desalojo estaba
programado para las 8:00 a.m. A la llegada del ESMAD aún las viviendas se
encontraban habitadas. Este fue el casa de Efren Felipe Sepúlveda que se
encontraba en su domicilio, dos días antes se había llevado a sus tres pequeños
de 9 meses, 2 y 4 años de edad donde un familiar. El jueves cuando empezó el
desalojo, se encontraba transportando sus pertenencias cuando fue impactado en
el rostro por un casquete de gas lacrimógeno.
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