miércoles, 24 de febrero de 2016

El pensamiento crítico no es sinónimo de delito.



"Quien no sabe la verdad sólo es un estúpido, pero quien la sabe y la llama mentira, es un criminal".
Bertolt Brecht.

Introducción.
En un mundo carente de ideas transformadoras, el pensamiento crítico ha contribuido a revalorizar el pensamiento único, impregnando las prácticas, las ideas y las luchas de quienes desde las trincheras del pensamiento y la acción construyen otros mundos. La vitalidad del pensamiento crítico y su propia posibilidad de ser y continuar siendo depende precisamente de esa capacidad de transformarse en y desde la acción, de aunar ideas y prácticas en la construcción de una realidad actual, no dejando para mañana lo que se puede hacer hoy.

En la actualidad el pensamiento crítico colombiano no solo se enfrenta a quienes desde las aulas universitarias hoy se limitan a dictar la cátedra oficial como vulgares intelectuales cooptados sino al peligro y la amenaza de la persecución, la estigmatización, la cárcel y la muerte administrativa, proferidas por el terrorismo de Estado en Colombia.

El presente ensayo pretende ser una defensa del pensamiento crítico en Colombia. Se suma, además, a las acciones de denuncia y solidaridad que se llevaran a cabo, tanto por intelectuales como organizaciones defensoras de derechos humanos, el próximo 25 de febrero por la libertad del Profesor MIGUEL ÁNGEL BELTRAN VILLEGAS.

Pensamiento crítico: pensamiento insumiso.
Pensar críticamente es poner de manifiesto la capacidad del ser humano de dudar de lo “verdadero”. Es la posibilidad de pensar autónomamente. Pensar con cabeza propia, viviendo y valorando la libertad no sólo en el plano de la voluntad sino en el de la razón. “Pensar con autonomía significa ser capaz de tomar distancia de todas las formas de poder, de chantaje y cooptación que los diversos regímenes políticos han ido configurando a lo largo de la historia”. Martín Barbero, Jesús. (Octubre, 2007) Editorial. Revista Nómadas, (27), 1. 

Pensar crítica y colectivamente la realidad es otra forma de trazar caminos de esperanza, para la materialización de cambios profundos en nuestra sociedad. En este sentido, se puede concebir el pensamiento crítico como una filosofía de la praxis que se refiere a los problemas concretos, a las luchas prácticas y a las experiencias reales de sujetos de carne y hueso en una situación específica.

En Colombia es una verdad conocida que la población sufre en carne propia la miseria, la desigualdad económica,  la represión, la eliminación sistemática de los/as pobres, y cuando estos rompen con el miedo infundado por el Estado, y se atreven a subvertir el orden establecido rápidamente son señalados como violentos y terroristas. Pero vale la pena preguntarnos: ¿Acaso no es violencia y terrorismo que nos nieguen las oportunidades para vivir dignamente?, ¿No es violencia y terrorismo que los ricos del país sigan acumulando riqueza por la acción de desposesión a los más pobres?, ¿No es violencia y terrorismo la imposición de formas de vida en beneficio de unos pocos “poderosos”?, ¿Será violencia y terrorismo protestar contra la violencia económica, política y social generada por el Estado y la burguesía?

De allí que establecer las estrechas y complejas conexiones entre el pasado y el presente, más que un ejercicio académico, hace parte de las innumerables batallas que libran tanto desposeídos como intelectuales en el campo político, jurídico y cultural, en un país como Colombia donde las élites dirigentes han tratado de olvidar, silenciar, ocultar y eliminar aquellos recuerdos que provienen de los sectores excluidos. Más de 60 años de terrorismo estatal lo demuestran.

Por lo tanto, el pensamiento crítico se levanta una vez y otra vez y otra vez contra la injusticia, la impunidad y el terror de estado. El pensamiento crítico no tiene una rodilla hincada en la tierra. Se erige contra la barbarie económica, la corrupción política, el robo descarado de los recursos naturales, la criminalización las luchas del pueblo; se une al esfuerzo de los desposeídos y de los sin voz por la construcción de otros mundos; se asume de manera responsable el deber de no callar, de no ser cómplice; se aleja de abstracciones teóricas para estar en el acá y no en “el más allá”.    

El pensamiento crítico reivindica “un tipo de reflexión proscrita en el mundo académico, que recupera el lenguaje clásico de diversas vertientes emancipatorias, entre las cuales sobresalen variadas interpretaciones marxistas, ambientalistas, feministas, anarquistas, indianistas y críticas de la razón instrumental” (Cantor, 2015, p. 445).

Miguel Ángel Beltrán: un pensador inquebrantable.
Miguel Ángel Beltrán es un reconocido sociólogo, maestro en ciencias sociales e historia y doctor en estudios latinoamericanos. Su vida académica la ha dedicado a investigar, siempre con una postura crítica y con un rigor académico, las raíces del conflicto colombiano, así como las responsabilidades del Estado en el mismo y las posibilidades de paz en el país.

El profesor Beltrán Villegas estaba por finalizar estudios postdoctorales en el Universidad Autónoma de México, cuando en Mayo de 2009, por medio de engaños, fue detenido y obligado a subir en un avión mexicano para ser entregado a las autoridades colombianas como un “narco-terrorista”. Su detención en Colombia estuvo rodeada de un montaje mediático y, la acusación del propio presidente de la republica de Colombia, de no muy grata recordación, de ser: “El terrorista más peligroso de las FARC”; sin juicio previo ya el presidente colombiano había condenado al sociólogo.

En ese momento, la Fiscalía le imputó cargos por administración de recursos relacionados con actividades terroristas, concierto para delinquir agravado y rebelión. “Las únicas pruebas que supuestamente tenía el Gobierno colombiano y la Fiscalía para procesar al profesor Beltrán, a quien identificaban apresuradamente con el alias de “Jaime Cienfuegos”, provenían de la llamada Operación Fénix, ejecutada el primero de marzo de 2008 en la provincia ecuatoriana de Sucumbíos, contra el Frente 48 de las FARC, en la que, había muerto uno de sus máximos jefes: “Raúl Reyes””. Múnera Ruiz, Leopoldo (agosto, 2014). Falta gravísima contra la libertad de pensamiento, expresión y cátedra. (El proceso disciplinario contra el profesor Miguel Ángel Beltrán) Recuperado de: http://palabrasalmargen.com

Trascurrieron más de dos años de montajes judiciales y de reclusión, en los cuales el profesor Beltrán mantuvo una postura inquebrantable. Finalmente,  el 27 de julio de 2011, se dictó sentencia, por medio de la cual se absolvió al profesor Beltrán de toda responsabilidad por los dos delitos imputados.

Tras su libertad, el profesor Beltrán, quiso recuperar su vida pero esto le fue imposible ya que la estigmatización, las amenazas y la persecución cayeron sobre él. Esto lo llevó a un exilio de poco más de un año. Regresa al país y se reintegra a la vida académica como investigador y profesor en el Departamento de Sociología de la Universidad Nacional, sede Bogotá. Sin embargo, la Procuraduría, en su interminable caza de brujas, destituyó, el 3 de septiembre de 2013, a Miguel Ángel Beltrán como profesor de la Universidad Nacional de Colombia y le impuso una inhabilidad general para desempeñar cargos y funciones públicas por el término de trece años. Además, para darle peso a la decisión del procurador encargado, se reabre el caso de la “Operación fénix”, 31 julio de 2015, con lo cual se encarcela al profesor Beltrán, que a la fecha continúa recluido en el Establecimiento Penitenciario y Carcelario ERON Picota Bogotá.

Algunas consideraciones finales.
1-      El pensamiento crítico en Colombia tiene la categoría de  delito político. El caso del profesor Beltrán Villegas demuestra la constante criminalización y persecución hacia el pensamiento diverso e insumiso por parte del estado colombiano.

2-    En Colombia el terror de Estado limita las posibilidades de construir un país de verdaderas libertades públicas como la libertad de pensamiento y opinión. Pretende generar miedo y terror entre los académicos que mantienen una postura crítica hacia las políticas del gobierno.

3-     Ante la constante persecución y estigmatización del pensamiento crítico en Colombia existen intelectuales y libre pensadores que no se doblegan y continúan por los cauces de la autonomía y la construcción de otras realidades.

4-     La gravedad de las acusaciones que pesan sobre Beltrán Villegas, no solo son preocupantes por el ensañamiento y las violaciones a los derechos humanos sino que deja clara la política de criminalización del pensamiento de aquellos que se atreven a disentir de las políticas estatales mediante una postura crítica.

5-     No hay cárcel capaz de aprisionar el vuelo de las ideas ni mucho menos de detener los anhelos y las esperanzas de justicia y dignidad. 

Elaborado por: Walter Guadalupe. 19/Feb/2016. 

1 comentario:

  1. Qué atroz es la voluntad del Estado con sus armas e hilos invisibles. Compañeros, me gustaría apoyarlos como militante. Resido en Cartagena. ¿Qué debo hacer?

    ResponderEliminar