lunes, 16 de diciembre de 2013

¡Ni con Petro ni con Ordóñez! Declaración ante la actual coyuntura política de la ciudad de Bogotá.

Sin lugar a dudas uno de los sucesos que más ha dado de que hablar en los últimos días es la destitución de Gustavo Petro como alcalde de la ciudad de Bogotá y su inhabilitación para ejercer cargos públicos durante 15 años según un fallo emitido por la Procuraduría General de la Nación. Según este órgano de vigilancia estatal, la medida obedece a las presuntas irregularidades presentadas en el cambio de esquema para la recolección de basuras implementado mediante un decreto en Diciembre del año 2012. La decisión fue dada a conocer a la opinión pública en boca del procurador Ordóñez a comienzos de esta semana y desde ese momento las distintas reacciones no se han hecho esperar.
En efecto, nos encontramos al día de hoy en medio de una polarización política entre quienes arguyen la legitimidad de la medida al encontrarse acorde al marco legal, y por otra parte diversos sectores que rechazan el procedimiento sosteniendo que constituye un ataque frontal a la democracia. En la primera postura encontramos principalmente los matices de la derecha tradicional del país, por el contrario, el respaldo a Gustavo Petro es mucho más heterogéneo convergiendo sectores de centro e izquierda moderada. Ante este panorama, son tres elementos centrales a los cuales nos queremos referir:
1. Queda una vez más demostrada la falacia de la democracia representativa y la vía parlamentaria, al ser  instrumentos pensados y controlados por la hegemonía dominante. En este caso, la figura de Ordóñez sólo es una expresión del modelo ultraconservador presente en varias capas de la sociedad colombiana desde las altas esferas políticas, pasando por el paramilitarismo terrateniente, entre otras.


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