Los miembros del Colectivo Suba Nativa, consideramos que el
Tratado de Libre comercio TLC, que entró en vigencia el pasado 15 de Mayo 2012,
incentiva el modelo de Desarrollo Energético-Minero del actual gobierno, lo
cual afecta nuestra biodiversidad, que representa el 25% del mundo, golpea la
economía campesina y disminuye los ecosistemas estratégicos para la
sustentabilidad de la especie humana, de la vida y del planeta.
Es un tratado presentado en condiciones desiguales, ya que
pone a competir sin ninguna protección arancelaria, la economía desarrollada de
una de las primeras potencias del mundo contra una economía en vía de
desarrollo. Esto acabará la pequeña y mediana industria nacional, dejándonos
como meros exportadores de materias primas y algunos productos agrícolas como:
el café, azúcar, cacao y palma africana (principalmente para biocombustibles),
incentivando el monocultivo, la explotación minera de recursos hidroenergéticos,
reservas de petróleo, gas, uranio, hierro, bauxita, cobre níquel, entre otros,
por multinacionales extranjeras, quienes requieren de la construcción de
infraestructura para su comercio. Lo anterior, traerá la destrucción de gran
parte de las fuentes hídricas y los valores ambientales que se encuentran en
nuestro territorio, bajo la mirada complaciente de las autoridades ambientales,
por la flexibilización y racionalización del esquema de licenciamiento
ambiental, quienes pedirán sembrar algunos arbolitos para justificar el
impacto.
Por otro lado, será mucho más fácil para las empresas
biotecnológicas y farmacéuticas, apropiarse de la mayor biodiversidad del
planeta, así como del conocimiento tradicional, construido ancestralmente por
los pueblos, quienes además sufrirán directamente el fracaso de la economía
agrícola, afectada desde la apertura económica de Cesar Gaviria, reduciendo la
variedad de productos con los que día a día nos alimentamos, por enlatados y
empaques importados, perdiendo cada vez más nuestra soberanía alimentaria.
Ante este panorama desolador y reconociendo que el tratado
ya se encuentra en marcha, consideramos importante brindar nuestro apoyo a las
luchas de resistencia que están emergiendo o se han ido presentando ante los megaproyectos
mineros, de infraestructura o extensos monocultivos, lideradas por
organizaciones sociales, indígenas, campesinos y ONG, quienes consideran que es
más importante el agua y los ecosistemas, que los minerales que se pretenden
desgarrar del subsuelo. Además se requiere fortalecer la economía campesina
agroecológica, incentivando la consolidación de mercados campesinos a nivel
local, acompañado por procesos de sensibilización a los consumidores frente a
¿qué nos alimenta mejor y ayuda a nuestra salud? y ¿qué tipo de alimentos nos
imponen consumir?
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