Desde el año 2009, cada 27 agosto se reivindica el día
de los Desconectad@s en honor a la memoria de las niñas Susana y Vanesa,
muertas en el barrio Paris a causa de la desconexión de la energía eléctrica
por parte de EPM. Son innumerables las muertes de niños y adultos en todo el
país, que son desconectados porque no cuentan con los recursos económicos para
pagar las altas tarifas de servicios públicos domiciliarios.
En Medellín la problemática de desconectados de EPM a 2011
alcanza cifras de 46.000 hogares sin agua potable y 27.000 familias sin
energía, es decir que aproximadamente 240.000 personas (10% de la población) se
encuentran sin sus servicios básicos por falta de pago y que descaradamente EPM
los llama “morosos”. A pesar del elevado número de familias desconectadas, EPM
sigue y sigue creciendo sus ganancias, que superan los 1,5 Billones anuales y
todo a costa de nuestros bolsillos.
El problema es mucho más agudo, ya que en la ciudad muchas
familias ni siquiera cuentan con el acceso a las redes de los servicios
públicos domiciliarios de EPM, esto se debe principalmente por estar ubicados
en “zonas de alto riesgo” según el POT (Plan de Ordenamiento Territorial).
1.300 familias sin acceso a energía, 14.000 que no tienen agua potable, 29.000
que no cuentan con servicio de alcantarillado y 12.000 sin servicio de
recolección de basuras. Aquí el principal culpable es la Administración
Municipal, que no invierte los recursos necesarios para obras de mitigación de
riesgos en los asentamientos periféricos de la ciudad.
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