El Comité Popular de la Copa en Sao Paulo (articulación horizontal y
apartidaría de movimientos sociales, organizaciones, colectivos e individuos)
se organiza desde el 2011 para denunciar las violaciones de derechos humanos y
fortalecer la resistencia abajo y a la izquierda contra la violencia estatal
que se intensifica con la Copa de la FIFA del 2014.
El 15 de mayo del 2014 es el Día internacional de las luchas contra la Copa.
Los grupos firmantes tomaremos las calles de la ciudad a partir de las 17 horas
en la Plaza del Ciclista (localizada en la Avenida Paulista número 2400). En
este manifiesto, mostramos por qué luchamos y lo que queremos; a tan solo un mes
de que comience la Copa sin Pueblo, estamos en las calles de nuevo para exigir
nuestro derecho a la ciudad y sobre todo, nuestra libertad de manifestarnos.
Son 11 nuestras demandas en campo:
1) Queremos recordar que las victorias populares fueron siempre una
conquista en las calles, sea en huelgas, protestas, ocupaciones u otras formas
legítimas de manifestación y acción política. Las libertades de expresión,
manifestación y reunión constituyen un derecho fundamental para la efectividad
de la democracia (Constitución federal – artículo 5°). Cincuenta años después
del golpe militar de 1964, la libertad de manifestarnos sigue amenazada,
limitada, prohibida o relativizada en nombre del “orden público”. Para que
podamos exigir nuestros derechos y contestar al orden capitalista vigente, es
necesario antes de todo que el derecho de ocupar las vías públicas e
interrumpir la cotidianidad de la ciudad sea garantizado.
Las amenazas y limitaciones al derecho de manifestarse se dan a través de
innumerables proyectos de ley que tramitan el Congreso y el Ministerio de
Justicia, como el PL 508 o el PL 499. En tiempos de votación de proyectos que
tipifican el crimen del terrorismo y que limitan el derecho a la libre
manifestación, no son sólo los actos que cuestionan la Copa los amenazados. Con
apenas una firma, todos los movimientos sociales pueden acabar encuadrados como
terroristas, en una clara tentativa de callar las voces de las calles a través
de la criminalización de las luchas populares. Repudiamos y exigimos que se
desechen inmediatamente todos los proyectos de ley anti-manifestación que crean
un Estado de excepción dentro de la democracia.
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