Los artistas callejeros han cubierto las paredes en las
calles de Río de Janeiro y Sao Paulo con imágenes que culpan al organismo
directivo del fútbol, la FIFA, por la explotación de Brasil y al Gobierno
local, por dejar de lado las necesidades de los pobres.
Los pintores comparten la creencia de muchos indignados,
quienes opinan que los 11.000 millones de dólares que se han gastado en la Copa
del Mundo —contando el "dinero robado"— deberían haber sido
utilizados para mejorar el transporte, la sanidad y la educación.
"Es una buena manera de exponer los problemas del
país", dijo a 'The Guardian' el artista del grafiti Pauo Ito. "Si el
Gobierno no quiere exponer estas cosas es porque se siente avergonzado. Si se
sienten avergonzados por esto, tendrían que tomarlo más en serio, por lo menos,
esa es nuestra intención".
La indignación de las personas solo va en aumento a medida
que el torneo se acerca, incluso la sesión de entrenamiento de la selección
brasileña antes del evento fue centro de las protestas.
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