Repudio e indignación entre los capitalinos ha generado el
brutal ataque contra un joven de 16 años a manos de neo nazis. Se han conocido
detalles de los hechos y reacciones de propios y extraños, sin embargo poco o
nada se habla del entramado que se esconde detrás de este tipo de grupos,
pareciera que en ninguna mente, por retorcida que sea, fuesen posibles este
tipo de ideas, ¿nazis en Bogotá, en Colombia? se pregunta la gente. En el
imaginario colectivo los nazis corresponden a una época que la humanidad ya
superó, sin embargo estos grupos de neo nazis existen y se multiplican, un
entramado de ideas confusas que van desde el anticomunismo, pasando por el
racismo y nacionalismo exacerbado, hasta la mitología y religiosidad enfermiza,
componen el cuadro patético de su argumentación, ideas que a través de blogs,
páginas web, conciertos y librerías difunden entre los jóvenes de la ciudad,
eclipsados por una supuesta “moralidad”, defensa de la patria, la raza y la
familia, son arrastrados a la violencia y la discriminación.
Sobre sus antecedentes, historia y surgimiento existen
escritos, investigaciones y referencias en la red, por encima de su historia y
antecedentes en el país cabe preguntar qué responsabilidad cae sobre nuestros
hombros y en especial sobre las autoridades que de tiempo atrás conocen de su
existencia, de sus actividades y de sus ideas. El entramado aumenta su
complejidad cuando se conoce del respaldo que estas organizaciones han recibido
por parte de organismos de seguridad, paramilitares y políticos, qué mejor
caldo de cultivo para la derecha de este país que un grupo de jóvenes
fanáticos, organizados y violentos, para el ejercicio de su salida predilecta
ante la oposición, el debate y las ideas progresistas, que una banda de
paramilitares urbanos; no es coincidencia que el mayor auge de estos
movimientos se diera bajo el gobierno de la “seguridad democrática”, de los
falsos positivos y de las chuzadas.
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