“Dejemos la indiferencia, hagamos la diferencia. Con respeto
y no agresión, juntos hallaremos la solución”, con este eslogan, la comunidad
educativa de la Institución Educativa Reino de Bélgica del Barrio Bello
Oriente, situado en la comuna 3 de la ciudad de Medellín, extendió la
invitación para que otros sectores sociales se sumaran a la marcha que tuvo
lugar el día viernes 24 de marzo de 2017, a partir de las 8:00 am, en este
mismo barrio.
La Institución Educativa no cuenta con agua potable para el
consumo de los niños/as, que la construcción de sus salones es aún incipiente,
puesto que fue una solución transitoria, proyectada a unos cuantos años para
solventar la necesidad esencial de acceder a la educación, a pesar de que han
pasado más de 20 años, las condiciones siguen siendo las mismas, la institución
no posee restaurante escolar, las mallas que cercan la institución están
caídas, por tanto personas externas ingresan a la institución poniendo en
riesgo a los niños/as y adolescentes; también ingresan perros, que han mordido
a los niños/as, les quitan el refrigerio y se pelean dentro de la institución.
Voceros de la movilización denuncian la falta de garantías
para el Ejercicio Docente en barrio Bello Oriente, agresiones en contra de
personal de la institución, se suma a este listado, el difícil ingreso hasta la
institución, la cual sólo cuenta con una vía de acceso por la comuna uno, Santo
Domingo, pese a estar ubicado en la comuna 3, Manrique.
Todas estas condiciones aún no han recibido una respuesta y
acción contundente por parte de la administración municipal; lo cual sigue
vulnerando el bienestar y los derechos de los niños/as y adolescentes de la
comunidad a recibir una educación digna y a que un espacio protector, como
debería ser la escuela, pueda cumplir realmente su función.
Por lo anterior, la comunidad educativa de la Institución
Reino Bélgica marchó exigiendo buen trato y dignidad.
Respondiendo al llamado, se vincularon estudiantes, docentes,
directos, padres, madres de familia y otros miembros de la comunidad, quienes
expresaron su repudio y su rechazo frente a los actos de agresión y amenaza que
se han venido presentando desde el año pasado hacia estudiantes, docentes y
directivo de la institución, por parte de personas externas a los miembros de
la comunidad.
Adicionalmente, se buscó promover el sentido de pertenencia
“unámonos por nuestra institución, llevémosla en nuestro corazón” y exigir una
planta física digna para la educación de los niños y niñas.
Es necesario que la administración municipal atienda a las
necesidades, tanto de la comunidad educativa, como de la comunidad en general,
puesto que el problema de seguridad, de agua potable e infraestructura se hacen
extensivos a todo el barrio, que sufre y padece las consecuencias en términos
de salud y calidad de vida.
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