jueves, 12 de septiembre de 2013

El paro agrario y popular, síntoma de algo nuevo que nace en Colombia

Finalmente, el gobierno se sentó a negociar a nivel nacional con dirigentes del paro agrario y popular que ha sacudido a Colombia desde el día 19 de Agosto. Esta reunión ha ocurrido después de semanas de dura represión contra los campesinos, en la cual se ha dado un tratamiento militar a la justa protesta social, dejando un saldo de, al menos, 12 muertos, más de 500 heridos (muchos de ellos mutilados) y cientos de detenidos[1]. El gobierno, de la mano de la represión, buscó desactivar el paro mediante la negociación de manera sectorial y regional, a la vez que intentó desconocer y ocultar la gravedad del malestar social (“No hay tal paro”). Ni 50.000 soldados a la calle para desbloquear las carreteras ni la militarización de Bogotá pudieron con la determinación popular de lucha ante las políticas nefastas que se vienen impulsando desde el gobierno en detrimento de las amplias masas excluidas, en particular, de los Tratados de Libre Comercio, TLC (con EEUU, UE, Corea del Sur)[2].

Crisis y represión: no hay sorpresas
Nadie puede decir que la crisis ha sido una sorpresa. Por años, diversas plataformas, organizaciones campesinas y populares, denunciamos los efectos que los TLC tendrían sobre las mayorías empobrecidas en Colombia, fundamentalmente sobre la población rural. Un estudio de Oxfam, fechado en el 2009[3], incluso denunciaba que el ingreso de las familias campesinas, de por sí el más bajo de toda la población colombiana, se desplomaría en un espectacular 70% gracias al TLC con los EEUU... ¿equivale la firma de este TLC a otra cosa que a decretar la pena de muerte para el campesinado nacional? ¿Se refería a los campesinos el ex vicepresidente Francisco Santos cuando decía, celebrando la firma del TLC, que habría “perdedores”?[4] Y cuándo decía, con visible entusiasmo, que también habría ganadores, ¿se refería acaso a los grandes consorcios agroexportadoras norteamericanas que en un año han aumentado las exportaciones de arroz subsidiado a Colombia en un astronómico 2000%?[5] ¿Acaso exageraba el arzobispo de Tunja, Mons. Luis Augusto Castro cuando llamaba a estos TLC una “traición a la patria”, si por “patria” se entiende a las personas de un territorio?

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