Más de 700 trabajadores de la transnacional petrolera Occidental de Colombia realizan a esta hora un paro pacífico, como protesta por los hechos de violencia perpetuados por esta y otras multinacionales, apoyados por la fuerza pública, denunció hoy lunes 16 de abril, el Comité Permanente por la Defensa de los Derechos Humanos, seccional Arauca
Según esta organización, y representantes de la Asociación de Campesinos Araucanos sin Tierra para trabajar, la OXY está desplazando comunidades asentadas en terrenos, aduciendo que éstos les pertenecen y que hacen parte supuestamente de la ejecución del complejo petrolero de Caño Limón.
Para los campesinos y desplazados, es claro que la empresa está reclamando 5.885 hectáreas más, de las 2.500 que le fueron asignadas. Para lograr su objetivo, la OXY, en un desalojo, destruyó viviendas que se encontraban solas en la zona, se llevó el material de caucho que la comunidad utilizaba como techos, tomó fotos y obligó a algunas personas a firmar documentos frente a los cuales no se tiene claridad.
Uno de los días más críticos, según los campesinos desplazados, fue el pasado jueves 12 abril, día en que Leonardo Tovar, quien se identificó como funcionario de la empresa petrolera, realizó un nuevo desalojo, acompañado de la policía, destruyendo viviendas y botando al caño, distintos enseres, alimentos, colchones y demás cosas personales de la comunidad.
Al finalizar el día, y luego que la fuerza pública abandonara el lugar, el funcionario de la OXY, quien ha amenazado a varios miembros de la comunidad con judicializarlos, hostigó a uno de los líderes, advirtiéndole que se cuidara de “hoy en adelante”.
A estos hechos se suma el empadronamiento realizado por el Ejército en la zona, la retención de documentos, el bloqueo alimentario a que son sometidos, sin tener en cuenta la vulnerabilidad de algunas de las personas que se encuentran en la región.
A juicio de Luis Alvárez, representante de la Unión Sindical Obrera, “el paro se realiza por las diferentes violaciones a los derechos humanos cometidas por las empresas contratistas, con el auspicio de la multinacional Occidental de Colombia”.
Uno de los incidentes, que más les preocupa, es la falta de respuesta de la empresa, ante las amenazas de muerte, de varios compañeros, que luchan por sus derechos laborales. Ellos reclaman que por encima de cualquier interés económico, lo más importante es el respeto a la vida.
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