Repudio por los infames homicidios de Berta Cáceres
(Honduras) Maricela Tombe y Willar Alexander Oime Alarcón (Colombia)
Comunicado a la opinión pública
Bogotá – marzo 4 de 2016
Los asesinatos que han tenido lugar en los últimos días en contra de luchadores
sociales y por la defensa de los territorios de América latina hacen manifiesto
el avance de la criminalización sobre nuestros pueblos. Lejos de representar
hechos aislados, la simultaneidad de las ultimaciones a Berta Cáceres en
Intibucá (Honduras), y a Maricela Tombe y Willar Alexander Oime Alarcón, en el
Tambo Cauca y Popayán (Colombia), respectivamente, obedecen a la imposición de
un modelo de desarrollo y despojo que reclama la vida de las y los compañeros
como condición necesaria para el avance de la barbarie de acumulación
capitalista.
La resistencia al acaparamiento de los bienes comunes por parte de las
corporaciones trasnacionales a lo largo y ancho de América Latina se ha
traducido en muerte para comunidades indígenas, como las representadas por
Berta Cáceres (comunidad Lenca en Honduras), Willar Oime (comunidad Yanakona en
el Cauca colombiano), y para las comunidades campesinas organizadas que
enfrentan el despojo territorial, como la organización en la que militaba
Maricela Tombe (el Coordinador Nacional Agrario), entre muchas otras
comunidades, organizaciones y procesos que ante sus justas reivindicaciones
reciben como respuesta el disparo que les mata.
Hoy nos es posible señalar enfáticamente que sin la codicia y los metabolismos
de muerte que impone el modelo de desarrollo basado en el extractivismo, aún
contaríamos con la presencia de nuestros compañeros, no solamente de Berta,
Maricela y Willar, también de los miles de hombres y mujeres que han perdido la
vida por la defensa de su dignidad y sus medios de subsistencia.
Asimismo, y como agravante de los asesinatos, encarcelamientos, difamaciones y
todas las estrategias del dispositivo de criminalización reinante, los
gobiernos y Estados nacionales mantienen una arquitectura de la impunidad que
se acrecienta y reproduce, alimentando el accionar del modelo corporativo
trasnacional, y permitiéndoles avanzar la destrucción con total garantía y
complicidad impune.
Por las razones expresadas, CENSAT Agua Viva – Amigos de la Tierra Colombia,
repudia los recientes e infames homicidios de Berta, Maricela y Willar y
solicita a los Estados y gobiernos hondureño y colombiano se esclarezca
la autoría intelectual y material de los asesinatos, y se establezcan las
medidas constitucionales y legales que persigan la búsqueda de justicia.
De otra parte, los lamentables hechos que han tenido lugar en los últimos días,
alertan sobre el peligro que reviste el ejercicio democrático de defensa
territorial, por lo que exigimos a los gobiernos y Estados nacionales
señalados, y a todos aquellos en los que la criminalización sigue cobrando
vidas imprescindibles e invaluables, se entreguen garantías para la
preservación de la integridad de las y los luchadores sociales, y para el
derecho constitucional de la protesta pacífica y la organización.
Al Concejo Cívico de Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras (COPINH),
del que Berta Cáceres fuese su coordinadora, al Consejo Regional Indígena del
Cauca (CRIC) y al Coordinador Nacional Agrario de Colombia –CNA- organizaciones
de las que hacían parte Willar y Maricela, respectivamente, les abrazamos en
estos difíciles momentos y nos solidarizamos por la pérdida de los compañeros y
compañeras. No descansaremos hasta que sean esclarecidos estos hechos, y
juzgados y castigados los responsables.
La indignación que nos embarga por estas injustas muertes debe convertirse en
la fortaleza para seguir adelante defendiendo y celebrando la vida. Los
espíritus de lucha y resistencia de las compañeras y compañeros caídos en el
largo camino de la dignidad siguen acompañando nuestras acciones.
CENSAT Agua Viva
Amigos de la Tierra - Colombia
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