Para empezar, cuando hablamos de desarmonía debemos recordar
que el 12 de octubre de 1492 a nuestro continente arribaron desde Europa
navegantes con su “civilizada” manera de invadir y colonizar, con un objetivo
muy claro, buscar riquezas, lo que generó un saqueó a costa de la vida de
nuestros ancestros y el despojo de nuestros territorios, que terminó
alimentando la acumulación de capital, con recursos que robaron y que
convirtieron en materias primas y mercancías. Podríamos decir, sin temor a
equivocarnos, que desde ese momento inició la desarmonía en nuestros
territorios y muchos de nuestros mayores y jóvenes, de aquellos tiempos, se
armaron con arcos y flechas combatiendo dicha desarmonía.
El nombre de estos capítulos del programa Séptimo Día es sugestivo y se presta para algunas malas interpretaciones. Por nuestra parte diremos que las flechas del conflicto siempre apuntaron a quien provocó la desarmonía en los territorios ancestrales, por esto es que a las clases dominantes en el país aún les duele nuestras flechas combatiendo su desarmonía.
También es un error generalizar a todos los pueblos indígenas de Colombia, ya
que son 102 pueblos, diferentes los un@s a los otr@s y con desarrollos
históricos-culturales diversos.
No se puede generalizar sobre hechos particulares y excepcionales, como
violaciones, drogadicción, corrupción, entre otros casos que se mencionan en
dicho programa y con base en ellos sacar conclusiones definitivas de lo que
pasa en los territorios de las comunidades indígenas; esto sería lo mismo, tal
como sucede con los colombianos en muchas partes del mundo, donde por una
particularidad se señala a la sociedad nacional colombiana en su conjunto como
narcotraficantes; esto es un error de apreciación, unilateralidad, pero
principalmente de discriminación y sólo sirve a la perpetuación de estereotipos
racistas al interior de la sociedad nacional colombiana.
Llama la atención que muchos de los “expertos” consultados en el programa
tengan simpatía con el uribismo o una filiación política directa con el partido
político Centro Democrático, quien representa los intereses de la gran
burguesía y terratenientes de este país. Muchos de los supuestos indígenas
entrevistados allí pertenecen a la Organización Pluricultural de Pueblos
Indígenas de Colombia (OPIC), creada por el entonces ministro de gobierno Fabio
Valencia Cossio en el gobierno de Uribe. Esta organización ha atacado en varias
ocasiones a las organizaciones indígenas legítimas, señalándolas de tener
vínculos con la guerrilla; en cambio sus posturas siempre han sido a favor de
las fuerzas armadas del Estado, con simpatías con la extrema derecha fascista
de este país y los paramilitares; esto dice mucho de lo tendencioso del
programa en cuestión y de lo muy poco “objetivo” en sus investigaciones
periodísticas.
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