Crece en el mundo la demanda de prohibición del glifosato,
el herbicida inventado por Monsanto, el agrotóxico más usado del planeta,
especialmente para maíz, soya y algodón transgénicos. Se comercializa como
RoundUp, Faena, Rival y otras marcas, según país y empresa. Sus impactos
potenciales se revelan cada vez más graves, incluyendo cáncer y malformaciones
neonatales, autismo y aumento de enfermedad celíaca.
Las comunidades afectadas, especialmente en Argentina y
Paraguay lo decían desde hace años: el glifosato nos envenena a todos y mata
nuestros niños, las mujeres tienen abortos espontáneos, muchos niños nacen
deformes y otros mueren por caminar cada día para ir a la escuela o a buscar
agua, al lado de un campo de soya transgénica fumigado con glifosato. Hasta en
barrios urbanos, como Ituzaingó, Córdoba, las madres denunciaron que sus hijos
mueren por las fumigaciones en transgénicos. Científicos responsables, como
Andrés Carrasco, y médicos comprometidos con los pueblos fumigados en
Argentina, confirmaron los datos y agregaron que el porcentaje de cáncer en
esos poblados aumentó notablemente, en algunos lugares más de 400 por ciento
con respecto a la media nacional.
Finalmente, en marzo 2015, un grupo de expertos de la
Organización Mundial de la Salud, provenientes de once países, declaró que el
glifosato es cancerígeno en animales de laboratorio y se lo asocia al
surgimiento de cáncer en humanos.
El 7 de abril, día mundial de la salud, basándose en ese
informe y datos de la Red de Médicos de Pueblos Fumigados, la Federación
Sindical de Profesionales de la Salud de Argentina, que representa a 30,000
médicos y profesionales de la salud, demandó al Ministerio de Salud que se
prohibiera el uso de este agrotóxico.Afirman que "El glifosato no sólo
produce cáncer. También está asociado al aumento de abortos espontáneos,
malformaciones genéticas, enfermedades de la piel, respiratorias y
neurológicas".
La doctora Stephanie Seneff, investigadora del Instituto
Tecnológico de Massachusetts, (MIT), agregó a esa lista el autismo y enfermedad
celíaca (intolerancia al gluten). Seneff investiga desde hace años los impactos
del glifosato y explica que por la ruta de acción de este herbicida, hay altas
probabilidades de que sea uno de los causantes de estas enfermedades y otras
disrupciones metabólicas.
Obviamente, Monsanto y otros fabricantes de agrotóxicos se
dedican a denostar estos estudios y evidencias, pero el informe de la OMS se
mantiene firme, y mucho más quiénes están directamente afectados en sus
familias y pueblos. Las demandas de prohibir el glifosato avanzan en Europa,
América Latina y Asia. Colombia prohibió el uso de glifosato para fumigación en
combate a drogas. Es una medida insuficiente, pero una muy buena noticia para
las comunidades fronterizas de Ecuador y Colombia que desde hace años denuncian
que son gravemente contaminadas con este tóxico, como "efecto
secundario" del supuesto combate a drogas.
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