En nuestro pasado programa, denunciábamos del asesinato el
26 de enero, del joven de 24 años,
Carlos Enrique Ruiz Escarraga, en el barrio
Sierra Morena de Ciudad Bolívar, al sur de Bogotá, quien integró el colectivo
contracultural “Res Gestae”, y que dos días antes un comunicado con la firma de
paramilitares de las BACRIM anunciaban una nueva limpieza social en la zona, a
partir del 24 de enero; comunicados que por demás han circulado igualmente en
la localidad de Soacha, conocida porque en reciente pasado, jóvenes de esta
localidadfueron asesinados por miembros del ejercito, luego de trasladarlos
bajo engaños al Departamento de Santander para ser presentados posteriormente
como un trofeo de guerra, haciéndolos aparecer como guerrilleros muertos en
combate, eufemísticamente considerados “falsos positivos”. Doña Carmenza Gómez
Romero, madre soltera de 8 hijos, hace parte de un grupo de mujeres conocidas
como las madres de Soacha, perdió inicialmente a uno de sus hijos, asesinado el
25 de agosto del 2008 de parte del Ejercito, posteriormente otro de sus
hijos en el proceso de investigar que había pasado con su hermano, a los cinco
meses de haber iniciado sus averiguaciones también fue asesinado, no sin antes
haber recibido amenazas, buscando evitar se conociera la verdad.
Un nuevo escándalo salpica al ejército de Colombia al
día de hoy, cuando un supuesto pero “real pequeño restaurante” combinado
con un centro de enseñanza de informática era la fachada de una central
de interceptaciones del ejército, que según lo revelado por la revista semana,
servía entre otras para monitorear a los integrantes del equipo negociador del
Gobierno en el proceso de paz que se lleva a cabo en la Habana Cuba, bajo el
sofisticado nombre de “Andromeda”
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