Desde sus inicios, el anarquismo siempre estuvo relacionado
con ideales humanistas como la cooperación, la solidaridad, la unión y la
harmonía. Esos mismos ideales fueron inmediatamente a la ecología y su relación
con el ser humano. Este breve artículo pretende explorar de manera general la
relación del anarquismo y la ecología en el transcurso de la historia reciente.
Comencemos con Charles Fourier (1772-1837), uno de los
precursores del anarquismo. Este pensador estuvo muy avanzado a su tiempo y se
le considera un socialista utópico pues su meta era la harmonía universal. Su
teoría, llamada la “atracción apasionada”, postulaba que el universo estaría en
relación con las pasiones humanas, y las reflejaría. Era posible de explorar
las situaciones apasionadas del ser humano al observar el mundo animal y
vegetal, y aplicando un razonamiento analógico a estas observaciones. Fourier
se oponía a la centralización e industrialización de ciudades, que en su
tiempo, crecían exponencialmente. El creía, en cambio, que el campo y las
ciudades debían estar en constante interacción, una idea moderna que recién es
tomada en cuenta, si bien se desconoce que Fourier fue el precursor.
Años mas tarde en Estados Unidos, Henry David
Thoreau(1817-1862) relata en Walden, La Vida en los Bosques (1854)
los dos años que vivió en una pequeña cabaña construida por él mismo. Su
estancia le permite reconocer que la libertad humana depende de su contacto con
la naturaleza. Walden llegaría a ser bastante famoso e influenciaría el
anarquismo individualista, el anarco-primitivismo, y la ecología profunda
posteriormente.
Treinta años después, en El apoyo mutuo: un factor en
la evolución (1890-96) [i], el geógrafo anarquista Pedro Kropotkin (1842-1921), basándose
en sus observaciones del reino animal, llega a la conclusión de que la
cooperación y la ayuda mutua eran tan importantes en la evolución de las
especies, que la competencia y la lucha por la supervivencia. Luego, en Campos,
fábricas y talleres (1899), Kropotkin desarrolla las ideas de economía
local, autosuficiencia, y descentralización. Esta visión radical contrastaba
con la postura de comunistas y socialistas autoritarios que abrogaban por la
industrialización y centralización.
Un contemporáneo de Kropotkin fue su colega francés, Eliseo
Reclus (1830-1905), quien se auto-calificaba como “geógrafo pero ante todo
anarquista” y quien fue uno de los precursores de la geografía social. Reclus
apoyaba la conservación de la naturaleza, era vegetariano, y condenaba la
crueldad hacia los animales. Historia de un arroyo (1869) eHistoria
de una montaña (1875) son algunas de sus obras que demuestran su
preocupación por la ecología. Reclus pregonaba que “el hombre es la naturaleza
que toma consciencia de si misma.” Depende del ser humano, el progreso social y
natural del planeta. Esta visión humanista y ecológica se oponía al pensamiento
neomalthusianista de la mayoría de sus contemporáneos. Junto con Kropotkin y
Carlo Cafiero, Reclus estableció las bases del comunismo libertario,
sistema de organización social cuyos principios concordaban con el anarquismo.
Reclus también es conocido por su frase: “la anarquía es la máxima expresión
del orden, basado en cosas naturales, sin coacciones ni violencia”.
En el ámbito teórico del anarquismo social, desde Kropotkin
y Reclus hasta Murray Bookchin, quién describo a continuación, hubo un gran
vacío de unos 50 años a causa del olvido de estos dos grandes teóricos
libertarios y las ideas anarquistas en general.
Murray Bookchin (1921-2006), historiador, filosofo, orador,
y por mucho tiempo anarquista, se concentró en resolver problemas ecológicos,
los cuales argumentó son causados por los sistemas de dominación de la sociedad
humana. En 1964 publicó el ensayo Ecología y Pensamiento Revolucionario donde
reivindica una ecología política y radical y la relaciona con el anarquismo;
mas tarde la llamaría “Ecología Social”.
La ecología social se basa en la premisa que los problemas
ecológicos actuales son consecuencia de problemas sociales, específicamente
problemas causados por sistemas jerárquicos de dominación. Bookchin argumenta
que para resolver los problemas ecológicos, no basta con acciones individuales
(tales como el consumo responsable) si no la acción colectiva de la sociedad y
la destrucción de los sistemas de dominación (el estado, el capital, y todo
tipo de jerarquías dentro de la sociedad). A lo largo de su vida, Bookchin
luchó contra el ambientalismo que siempre tuvo tintes reformistas y estuvo
ligado al estado, y que además fallaba en identificar la raíz de los problemas
ecológicos.
La ecología social de Bookchin estaba intrínsecamente ligada
al anarquismo social. Las ideas de Kropotkin tuvieron una gran influencia en
Bookchin, al igual que la revolución española de 1936. Extrañamente, Bookchin
nunca menciona ni describe el pensamiento de Eliseo Reclus. Es bastante
probable que la falta libros de Reclus en ingles sea la causa de este fenómeno;
y por lo tanto, los dos teóricos llegaron a casi las mismas conclusiones.
Bookchin escribiría en 1997 el ensayo Anarquismo social
o anarquismo estético donde criticaría y desafiaría la postura
individualista y narcisista de algunos que se autodenominan anarquistas y que
reniegan del anarquismo social y organizado. Bookchin criticaba específicamente
a formas de anarquismo individualistas, primitivistas, y posmodernistas,
representadas por filósofos como John Zerzan y Hakim Bey, dos personajes que
valen la pena describir.
Por un lado, John Zerzan es el mas conocido pensador del
anarco-primitivismo. Sus escritos critican y condenan la civilización como
inherentemente opresiva, y busca inspiración en los modos de vida de cazadores
y recolectores. Sus teorías son consideradas absurdas por muchos puesto que
implican el aniquilamiento de millones de personas y el repudio de todos los
avances científicos y tecnológicos desde la era paleolítica.
Por otra parte, Hakim Bey es el pensador mas conocido del
anarquismo posizquierdista. Influenciado por la Internacional Situacionista, el
anarquismo posizquierdista critica la relación del anarquismo con el
izquierdismo tradicional. Bey propone la creación de zonas autónomas
temporales, donde una sociedad libre pueda existir aunque sea por un breve
momento, en lugar de estar “esperando la revolución”.
Podemos hablar de anarquismo verde? En realidad, no ya que
es un termino demasiado flexible pues puede amparar a anarquistas que tienen
una gran preocupación por la ecología social como Bookchin hasta a
anarco-primitivistas y anarquistas anti-civilización como Zerzan. Es común que
las ramas del anarquismo sean así de flexibles puesto que ningún anarquista
aceptaría teorías absolutas que no puedan ser debatidas, pero también es cierto
que las teorías de Zerzan y Bey tienen muy poco que ver con un anarquismo
social; el único que tuvo un impacto real en la sociedad. También se podría
argumentar que Zerzan y Bey no son anarquistas, ya que como diría Bakunin:
«libertad sin socialismo es privilegio e injusticia; socialismo sin
libertad es esclavitud y brutalidad» o «no soy verdaderamente libre más que
cuando todos los seres humanos que me rodean, hombres y mujeres, son igualmente
libres». Si este es el caso, se podría denominar anarquismo verde únicamente al
pensamiento humanista, socialista, y libertario de Kropotkin, Reclus, y Bookchin.
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