A punto de cumplir cinco meses de desplazamiento forzado,
muchos de los cuáles hemos permanecido en el viejo Coliseo de la Universidad de
Antioquia, lamentamos que nuestra presencia en la Universidad haya incomodado a
algunos sectores de la comunidad universitaria; sin embargo, nuestra presencia
es INVOLUNTARIA y no es otra cosa que la realidad de nuestro país la que nos
obligó a buscar refugio.
Para nosotros, campesinos y barequeros del norte y occidente
de Antioquia, ha sido muy duro estar en la ciudad, pues muchos no conocíamos
Medellín, y las dinámicas de la ciudad son muy diferentes a las del Cañón del
Río Cauca; además, ha sido frustrante nuestra estadía aquí, pues vinimos para
dialogar con el Gobernador, huimos de allá para buscar soluciones temporales
como un albergue y definitivas como el restablecimiento de condiciones
socioeconómicas y ha sido imposible, es como si decir NO a Hidroituango fuera
un delito, además hemos visto como el Gobernador de Antioquia y el gerente de
EPM debaten SOLOS en los medios de comunicación sobre el proyecto y sobre
nosotros, negándonos la posibilidad de sostener un diálogo abierto, público y
sincero, para dar a conocer a toda la comunidad los argumentos y posiciones que
sostenemos sobre el megaproyecto, más aún, cuando esta obra se construye con
dineros públicos del departamento y la ciudad.
Es necesario aclarar que nosotros NO somos ocupantes del viejo Coliseo, como lo
señala el Alma Máter No 340, nosotros tenemos calidad de REFUGIADOS dado que
nos declaramos desplazados por el Megaproyecto Hidroituango y el conflicto
armado generalizado en la zona de influencia de este megaproyecto, y lo hicimos
de manera formal ante el Ministerio Público el pasado 28 de mayo,
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