La capital norteamericana vivió una jornada inusual para la
ceremonia de asunción presidencial; diferentes movilizaciones de protesta
ocurrieron en Washington,de modo que el tono de gala solemne que pretendía
imprimirse con la celebración oficial se opacó ante las protestas masivas
expresando diversos reclamos e inconformidades, las cadenas humanas de jóvenes
anarquistas bloquendo la entrada al evento, la masiva represión policial, la
rotura de vidrieras de bancos y comercios, el omnipresente olor de gas pimienta
y en la detención de al menos 217 personas.
Las escaramuzas continuaban ya entrada la noche, aún cuando las celebraciones
en la calle por la asunción habían terminado y todos los ricos y poderosos de
la ciudad se vestían de galas para los tradicionales bailes que marcan, en
distintos puntos de la capital, el cierre a la jornada de Inauguración.
En una ciudad blindada por el operativo de seguridad para evitar
manifestaciones, numerosos opositores consiguieron hoy igualmente protestar por
la llegada de Trump al poder en varias columnas que tuvieron distintas
improntas, desde un tono lúdico hasta acciones violentas que emprendieron
contra diferentes locales capitalistas de Washington. A decir de una persona
participante: "Aquí hay mucha gente de orígenes diversos que están contra
el imperialismo estadounidense y sentimos que Trump continuará con ese
legado".
Desde bien temprano, decenas de manifestantes de organizaciones de derechos
humanos y de izquierda, entre ellas Black Live Matter (las vidas negras
importan), se juntaron frente a varios puestos de control que permiten la
entrada a las celebraciones y, por momentos, lograron frenar la entrada del
público. Con bailes, banderas arcoiris y carteles de "No a Trump",
decenas de manifestantes se concentraban en las entradas del público a los
diversos puntos de la Avenida Pensilvania o la explanada del National Mall,
desde donde pueden contemplar la investidura quienes no poseen los pases
oficiales.
Voceros de las organizaciones informaban a media mañana que su intención era
bloquear el ingreso de los simpatizantes del flamante mandatario, pero también
tratar de demorar el inicio de la ceremonia de asunción. Rápidamente la Policía
reprimió a los activistas a empujones y despejó una zona con un cordón humano
integrado por decenas de efectivos para improvisar un corredor para que los
simpatizantes de Trump pudieran acceder al predio para seguir la asunción.
La escena incluyó forcejeos y empujones pero no detenidos, en contraste con una
situación de más tensión que se vivió cuando grupos de anarquistas también
intentaron frenar el ingreso de asistentes a la ceremonia y fueron reprimidos
por la policía a fuerza de gases lacrimógenos. En su retirada, los
manifestantes identificados con la consigna "Disrupt J20",
respondieron tomando acción contra varios comercios, especialmente cadenas
multinacionales como Mc Donalds y Starbucks, pero también contra sede bancarias
a las que les rompieron los vidrios a pedradas.
En un tono distinto, otras movilizaciones de protesta convocadas por
diversas causas, recorrieron distintos ámbitos de la ciudad. Por la tarde,
luego de que Trump se trasladara desde el Capitolio a la Casa Blanca, los
manifestantes buscaron bloquear el camino por el que debía transitar el desfile
presidencial previsto para las 15 hora local. En un virtual juego del gato y el
ratón, las protestas se trasladaban de uno a otro de los cuatro puntos
"sensibles" en los que los manifestantes especulaban que podrían
romper el vallado policial. Las fuerzas de seguridad por su parte, respondieron
las arremetidas con gases lacrimógenos y eventuales cargas que dispersaban a
los manifestantes que, lejos de las filas de antidisturbios, se volvían a
reunir para hacer un nuevo intento o para replegarse hacia alguno de los otros
puntos.
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