Seguirán las mismas dinámicas de explotación y opresión;
seguirá sin previo aviso la acumulación por desposesión -atendiendo a la
categoría propuesta por David Harvey-; seguirá avanzando la confeccionada
retórica de paz del actual régimen; seguirán las amenazas, las persecuciones y
el hostigamiento por parte de grupos paramilitares a luchadores sociales, cuyo
delito ha sido pensar distinto en una sociedad como la nuestra; seguirá el
saqueo, el despojo y la usurpación de las transnacionales en enclaves
particulares acabando con la fauna y flora, y en general con la rica
biodiversidad de nuestra región. En fin, pasará el temblor, pero a aquellos y
aquellas que pretenden que el capitalismo sea eterno y no tenga fin les
recordamos que la tierra se mueve y con ella se mueven también aquellos y
aquellas que hemos sido separadas de la misma, que violentamente nos han
desarraigado de esta, nosotros y nosotras que la sentimos nuestra y que vemos
con profundo dolor cómo se va muriendo a causa del homicidio perpetrado por los
nuevos criminales de guerra, es decir, los economistas y tecnócratas
neoliberales. Cuando pase el temblor recuerden que acá estamos, que la tierra
pide a gritos que la dejen respirar, que ella a la final no la podrán derrotar
y que nosotros y nosotras, después del temblor, no dejaremos que la llama de la
insurrección se extinga, antes la atizaremos con más fuerza, porque nosotras
nos negamos a dejar de insistir en la necesidad imperiosa de la transformación
radical de todo lo existente para pesar de áulicos, apologetas, títeres del
modelo imperante. Por eso si la tierra cada cuanto se mueve abruptamente, la
haremos que tiemble cada vez más seguido, afianzando nuestras posiciones y
luchando sin cesar contra el monstruo que supone el dúo demoniaco del Estado y
el capital. Haremos que tiemble la oligarquía suntuosa, mafiosa, guerrerista y
paramilitar, que tiemblen los cimientos del capital. Que tiemblen también los
aduladores, apologetas del régimen, títeres a sueldo del Banco mundial y el
Fondo Monetario Internacional. Que tiemblen todas aquellas personas que se
pusieron del lado de la reacción. Que a nosotras y nosotros no nos temblará la
mano para hacer que todo su proyecto basado en la explotación y en la opresión
se derrumbe, pues habrá de pasar el terremoto de la revuelta, de la revolución
social contra toda forma de poder y de autoridad. Pdta.: Muchas de
nosotras, no sentimos el temblor. Estábamos en alguna universidad
solidarizándonos con la tensa situación que se vive en el departamento del
Cauca. Haciendo de la solidaridad no palabra muerta sino acción constante y
real.
Colectivo Contra-informativo Subversión. Marzo 2015,
después del temblor...
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