En estas Horas de Lucha nos dirigimos a nuestro pueblo
rebelde, para manifestar nuestro total rechazo a la masacre que se viene
perpetrando en Cajamarca, contra hermanos comuneros cuyo único “delito” fue
atreverse a luchar por lo que creían justo. Las balas de la reacción
capitalista, los golpes de la represión del Estado y la violencia indolente de
la transnacional minera que quiere imponer Conga a cualquier precio, tenían sed
de sangre y han cobrado nuevas víctimas:
Nunca olvidemos a: Cesar Medina Aguilar (17 años), José
Antonio Sánchez Huamán (29 años), Faustino Silva Sánchez José (35 años),
Eusebio García Rojas (48 años), todos ellos de Celendín y Joselito Vásquez
Jambo (28 años) de Bambamarca. Estamos seguros que sus muertes no serán en
vano, por cada golpe que recibe el pueblo nos prepara mejor para el próximo
combate, pues el miedo ya se acabó.
“¡Los mataron por defender el Agua y defender la Vida!”, es
el espíritu con que se inflaman los pechos y gargantas de los manifestantes en
cada consigna. Sueñan los enemigos del pueblo al pensar que la sangre derramada
ahuyentará la protesta ó perturbará la razón y acción de los espíritus
conscientes y rebeldes que luchan por las reivindicaciones sociales que son
derechos humanos que jamás dejaremos de defender, hasta el último aliento de
nuestras vidas.
Cajamarca, Espinar, Puno y todos los pueblos combativos de
la hora presente, de ayer y los que pronto se levantarán, son nuestra bandera,
nuestro ejemplo y nuestra esperanza. Por eso, ahora más que nunca ¡Conga NO
pasará! ¡Conga no va! Y con la misma fuerza y convicción decimos que ¡Xtrata y
Toromocho tampoco van!
Asimismo, con las recientes muertes pretenden los
reaccionarios que sean la culminación de la protesta. Increíblemente, pretenden
los victimarios convertirse en víctimas. Lo ocurrido en Cajamarca al igual que
en su momento lo fue en Bagua, por mencionar sólo dos casos emblemáticos,
fueron MASACRES, que ha teñido de sangre las manos del actual gobierno de
Ollanta Humala y su gabinete ministerial Valdés, quienes no dudan en decretar
Estados de Emergencia para mayor control social, así como en mostrar su
verdadero rostro neoliberal, represivo, pro-imperialista y anti-popular.
Estos hechos constituyen, además, una consecuencia lógica de
la progresiva CRIMINALIZACIÓN DE LA PROTESTA SOCIAL, emprendida a nivel mundial
por el capitalismo para defender su sistema en agonía lenta, más aun tras la
última gran crisis general en la era de la Globalización.
A nivel nacional, dentro de las políticas represivas
implementadas por el propio Poder Ejecutivo al amparo de facultades
legislativas otorgadas por el Congreso de la República, el gobierno aprista
promulgó el Decreto Legislativo 982, que modificaba diversos artículos del
Código Penal, específicamente el artículo 20º a fin de declarar la
“inimputabilidad”. Es decir, que “está exento de responsabilidad penal: El
personal de las Fuerzas Armadas y de la Policía Nacional del Perú, que en el
cumplimiento de su deber y en uso de sus armas en forma reglamentaria, cause
lesiones o muerte”. El actual gobierno es, pues, no sólo en materia de política
económica sino también en política represiva, el mismo CONTINUISMO NEOLIBERAL,
que tendrá siempre la necesidad de criminalizar toda protesta popular para
seguir implementando sus planes de despidos masivos, desconocimiento de
derechos laborales y sociales, privatizaciones de servicios públicos,
concentración de la gran propiedad de la tierra en manos de grupos de poder económico,
entreguismo de recursos y materias primas para la actividad extractiva
indiscriminada por el gran capital transnacional, etc.
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