El pueblo Nasa es uno de los más de 100 pueblos originarios
que milenariamente han habitado armoniosamente con la naturaleza en esta
pequeña masa continental, llamada posteriormente como Colombia. Su lengua, el
Nasa Yuwe, sigue vigente en las personas adultas de la comunidad; algunas
jóvenes también lo entienden y hablan, sin embargo, se ha ido olvidando
significativamente –a lo que nos referiremos más adelante-.
Así como en general el Norte del Cauca ha sido territorio
propicio en el cual todos los actores han encontrado asidero para afrontar el
conflicto armado en el país, en particular, el municipio de Corinto por su
posición geográficamente estratégica ha sido zona para que organizaciones
insurgentes se posen en la zona, lo que ha conllevado a una propaganda por
parte de los medios de comunicación como zona de “No pase”.
En gran parte del Valle del Cauca y especialmente del
departamento del Cauca, los ingenios azucareros han hecho de las suyas, de la
mano de uno de los empresarios más poderosos y millonarios de todo el mundo,
como lo es el señor Carlos Ardila Lulle, (quién no es solamente dueño de
ingenios azucareros, sino también, de medios masivos de comunicación, equipos
de fútbol, entre otros). Al igual que el señor Álvaro José Saa quién
perfectamente fue filmado en diciembre del año 2015 junto con sus empleados;
amenazando y accionando sus armas de fuego contra indígenas desarmados que se
encontraban en “su propiedad privada”. Aquellos señores son beneficiarios de la
explotación que desde mucho tiempo atrás ha venido ocurriendo , quienes
valiéndose del despojo que han sufrido las comunidades indígenas desde la época
colonial y que ha sido una práctica recurrente desde principios del siglo XX,
se han beneficiado de las tierras productivas de la zona plana del Cauca,
desplazando a las personas nativas hacía las faldas o zonas altas de las
montañas que hacen parte de la cordillera central.
Son miles y miles de hectáreas utilizadas para el cultivo de
la caña de azúcar, que en un porcentaje muy reducido es destinado para el
consumo de azúcar. Sin embargo, un porcentaje de enormes proporciones se
destina para producir agro combustible, que no es precisamente para el consumo
nacional, sino que se exporta a otros países. Además de eso, el monocultivo
genera una gran contaminación ambiental, debido a que no permite que en grandes
extensiones de suelo exista otra flora, por lo tanto reduzca la fauna que
cumple un ciclo perfecto cuando existe heterogeneidad en los cultivos, sino que
además la quema constante (como lo hacen los ingenios) produce dióxido de
carbono que repercute en la capa de ozono, facilitando a lo que conocemos como
calentamiento global y que también repercute en daños irreversibles en el
sistema respiratorio de niños y niñas de las comunidades han sido afectados. El
uso de fertilizantes y madurantes a su vez,contamina el suelo, el aire y
principalmente las aguas1.
Aproximadamente un millón de personas en el Valle del Cauca
y la parte plana del Cauca viven como empleadas de estas plantaciones, lo que
ha palabras de sus patrones puede ser una empresa de “desarrollo social y
económico”, así como de sustento para miles de familias. Si echamos una mirada
unas decenas de años atrás, aquellas tierras antes habitadas por comunidades
campesinas, afrodescendientes e indígenas fueron invadidas poco a poco por el
discurso de progreso económico que la caña producía2. En pocas palabras, miles
de personas trabajan de sol a sol en sus propias tierras ancestrales pero a
beneficios de unos cuantos usurpadores.
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