Malditas elecciones decimos al ver el panorama en que nos
quieren enmarcar, malditas elecciones porque sabemos que gobierne quien
gobierne el pueblo siempre pierde. Malditas elecciones que se roban el tiempo y
espíritu de lucha de muchas de nuestras compañeras, de nuestras vecinas y
amigas. Una vez más nos encontramos con el panorama gris y desolador de las
elecciones, este ritual de cada 2 años que nos lleva a reflexionar una y otra
vez sobre la poca efectividad de la disputa parlamentaria.
Los grandes medios excitados por la disputa electoral nos
muestran un cuadro político cada vez más complicado, que no es diferente a lo
que estamos acostumbrados a vivir pues vemos como nivel nacional se han
posicionado los mismos clanes políticos de siempre que actualmente representan
la Unidad Nacional gracias al discurso de la PAZ, estos grupos como el partido
“Cambio Radical”: otrora, partido uribista y ahora como es bien sabido
controlado por el Vicepresidente Germán Vargas Lleras, consagrado “enemigo” de
Álvaro Uribe Vélez; Partido compuesto por “Delfines” hijos de políticos de
antaño, acostumbrados a la politiquería y al clientelismo, que buscan el poder
en todas sus formas por lo que no tienen miedo ni vergüenza de dar aval a
candidatos expresamente sindicados de corrupción y cercanos a sectores
paramilitares como la próxima gobernadora de La Guajira, Oneida Pinto, electa
con un poco más del 65% de los votos, comprobando así que este territorio sigue
siendo un bastión del Paramilitarismo, en cabeza del exgobernador, Kiko Gómez.
A su vez nos encontramos el repunte del partido Liberal que
sigue en manos de los caciques de siempre que saben mover sus maquinarias a la
hora del circo electoral, garantizando el poder local en varias gobernaciones y
alcaldías en muchos casos en alianzas con partidos que también componen unidad
nacional y en algunos casos con “la oposición”, es decir, con el centro
democrático, marcando el talante pragmático de estas elecciones a nivel
nacional.
En definitiva a nivel nacional se remarca el poderío de
todos los partidos de Unidad Nacional desplazando en algunos territorios el
poder que se creía podría llegar a tener el proyecto de Extrema Derecha de
Álvaro Uribe Vélez y sus camarillas. Pero esto no nos puede llegar a confundir,
ya que la proyección en parte del Centro Democrático es recuperar el poder a
nivel local, con los concejos, asambleas y alcaldías municipales para poder
enfrentar desde las regiones el posible escenario de posacuerdo, que marcará un
nuevo recrudecimiento de la avanzada Paramilitar en el país. A su vez marcando
el poderío del proyecto Paramilitar en los departamentos del Norte de Colombia,
y conservando sus principales territorios en la costa, se encuentra el Partido
“Opción Ciudadana”, que cada elección cambia de nombre pero no de personajes y
maquinarias.
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