Una ola de ataques mortales tuvo lugar ayer por la noche en
París y Saint-Denis. El gobierno francés ha estado llevando a cabo guerras en
varios países (Libia, Malí, Siria …) desde hace años. Estas guerras hoy en día
tienen un impacto en el territorio francés.
Hemos afrontado a los ataques que han tenido el
objetivo de difundir el terror y estimular divisiones dentro de la
población. Alternative Libertaire condena estos ataques: matar a la
gente al azar en la calle con el único propósito de crear terror es algo
despreciable. Estos ataques son obra de un movimiento político –el yihadismo
salafista– cuyas primeras víctimas son las poblaciones civiles de Oriente Medio
y que ya han afectado a Beirut en los últimos días. Este mismo movimiento
político es el que perpetua la guerra contra las fuerzas progresistas de
la población kurda en Siria.
A raíz de estos ataques, seremos testigos de un frenesí de
seguridad que es mantenido por las fuerzas políticas que utilizan el miedo
para posicionarnos los unos contra los otros. Ahora, los inmigrantes y la
minoría musulmana en este país están empezando a ser afectados por las
declaraciones políticas y se convierten en objeto de represalias
indiscriminadas.
Las medidas de restricción de la libertad y el
fortalecimiento de ésta no previenen nuevos ataques. El estado de
emergencia representa la suspensión de muchos de los derechos
democráticos, la legalización de las medidas de represión a gran escala con
respecto a los diversos sectores de la población que no tienen nada que ver con
los ataques.
Estamos en contra de la decisión del gobierno de tomar esta
oportunidad para prohibir las movilizaciones populares y ecologistas por venir.
Todo esto llevará a dividir y fortalecer los temores y odios. Y sólo
conducirá a un incremento de los ataques terroristas cada vez más
sangrientos y a respuestas de seguridad cada vez más represivas. La respuesta
no es ni la retirada ni la militarización de la sociedad.
La solución no vendrá de aquellos que han contribuido a esta
situación mediante sus políticas militaristas, imperialistas,
discriminatorias y de odio. Ellos usan esto para imponer un estado policial
cada vez más fuerte y una falsa unidad nacional entre explotadores y
explotados, que rechazamos y denunciamos.
La solución requiere el fortalecimiento de la solidaridad,
en los barrios y en nuestros centros de trabajo, y por medio de la
asociación de todas las personas que se niegan a soportar los
regímenes de terror. ¡No quedará como caso aislado! Vamos a encontrarnos para
hablar de nuestras responsabilidades con esta situación, sobre todo
en términos de acciones conjuntas de todas las fuerzas de transformación social
posibles.
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