En la tarde del día 2 de Noviembre, el dirigente campesino César
García, presidente de la Junta de Acción Comunal de la vereda Cajón La Leona
(Cajamarca, Tolima), fue asesinado, a sangre fría, de un tiro a la cabeza
mientras regresaba a su finca junto a su compañera y su hijo[1]. García se
había destacado por su participación en el Comité Ambiental y Campesino de
Cajamarca por ola Defensa de la Vida, el Agua y el Alimento, organización que
ha venido liderando la lucha de la comunidad contra el proyecto mega-extractivo
de La Colosa. Esta mina a tajo abierto, ha sido denunciada en el Tolima por el
impacto desastroso que tendría sobre la comunidad y el medio ambiente. El
rechazo de la comunidad tolimense ha sido expresado en una serie de
multitudinarias marchas carnavales en defensa del agua y la vida, así como en
la consulta popular realizada en el municipio de Piedras el 28 de Julio. En esa
ocasión, el 99.2% de la población rechazó la megaminería, con una participación
de alrededor del 60% del electorado[2]. El principal inversionista en este proyecto es la multinacional AngloGold
Ashanti (AGA), quien ha sido ampliamente favorecida por el gobierno de
Santos, siendo actualmente la compañía con el mayor número de títulos de
explotación aurífera –al menos 410, controlando un territorio de, por lo menos,
821.000 hectáreas[3].
Amenazas, estigmatización y violencia
Lamentamos esta tragedia, que se cobra la vida de un
dirigente campesino, esposo y padre, sobre quien no pesaban amenazas de ningún
tipo. Pero estaba cantado que habría una tragedia como esta y en realidad, en
vista de la fuerte campaña de criminalización en contra de las organizaciones
populares que han manifestado su oposición al megaproyecto aurífero (el de
mayor envergadura en el hemisferio), uno diría que es un milagro que no hayamos
tenido que lamentar otro asesinato como éste antes.
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